Reseña: “Batman” #4


Título: I Am Gotham – Part Four.
Guión: Tom King.
Dibujos: David Finch.
Tintas: Sandra Hope & Matt Banning.
Colores: Jordie Bellaire.
Letras: John Workman.
Arte De Tapa: David Finch, Matt Banning & Jordie Bellaire.

Cuarta entrega y penúltima del primer arco argumental del Nuevo Batman. Parece una locura que en un par de meses ya veamos finalizado un arco de "Batman", ¿no? En fin, vamos a lo nuestro…

Siguiendo con los eventos del número anterior, donde veíamos una infernal escena que Hugo Strange había preparado para los nuevos héroes de la ciudad -Gotham y Gotham Girl-, el Encapotado llega al edificio en cuestión y se encuentra con una carnicería total. Gotham Girl está asustada en un rincón, casi inmóvil. Para colmo, el lugar tiene signos de haber sido arrasado por alguien con poderes à la Superman y Gotham (el supermuchacho, no la ciudad) tiene todos los números para la dósis de justicia que el Murciélago está sorteando.

Entre tanto, Gotham intenta convencer a un suicida de no arrojarse desde un edificio mientras un grupo comando observa a la distancia. ¿Adivinen qué grita el tipo antes de activar una bomba y volar todo al carajo? Sí: "Hail Hydra!" "¡Los Hombres Monstruo están en camino!".

Luego de su fallido rescate, Gotham intenta reparar el puente que fue destruido en el número anterior t ahí llega Batman para avisarle que no tiene la autorización debida por parte del municipio para realizar el trabajo mencionado (?) y, para peor, expresa su enorme decepción por haberle dado su confianza y que, en retribución, haya pagado masacrando a 27 infelices. Enojado por estar seguro de sus habilidades en el rubro de la construcción, Gotham hace oídos sordos ante los retos de su héroe y le lanza un colosal pedazo de hierro al Batmobile. Sin embargo, al Encapotado no le molesta mucho perder su segundo vehículo en cuatro malditos números y saca del baúl un BatHang-Glider (o Ala Delta o como se llame para ustedes, pero con alas de murciélago, obviamente) y se va a dar un paseo por la ciudad.


Duke, aún en entrenamiento, hace muy bien su tarea detectivesca y descubre que las placas de identificación de los soldados muertos suman 24. El Murciélago recuerda que "X" es la vigésimo cuarta letra del alfabeto y, por lo tanto, hace referencia al Task Force X, ergo Amanda Waller. Estaba ahí a la vista, ¿no? Aunque, para mí, que se estrene la película la misma semana le debe haber hecho ruido (?).

Acá viene una de las mejores escenas del cómic en estas 4 entregas: Sam Lane le da un sermón a Amanda Waller sobre porqué no deben preocuparse por Batsy, enumerando todos y cada uno de los motivos por las cuáles el Cruzado de la Capa supuestamente jamás podría rastrearlos, hasta que The Wall le avisa al General que el Maldito Batman está detrás suyo. Acto seguido, El Detective le rompe la jeta al militar antes de que éste siquiera intentara apuntarle con su arma. Es hora de pedir explicaciones.

Aparentemente el plan de salvataje del que ya veníamos hablando tiene que ver con las constantes destrucciones que sufrió la ciudad a manos de los enemigos del Encapotado, y ahí es cuando repasan los catastróficos eventos ocurridos durante Los Nuevos 52/DCYou en el título principal de la franquicia. Es decir, la idea es un plan por si Scott Snyder llega a escribir "Batman" de nuevo (?) El tema es que la brillante decisión de usar a Hugho Strange como encargado de un ser con poderes como los de Psycho-Pirate, por alguna inesperada razón, no resultó como se esperaba. Ahora Waller exige la ayuda de Batman para ir por la cabeza del doctor y para también vengarse por cargarse a 28 de sus agentes. ¿No eran 27? Pues no, porque uno más está por sumarse a la lista…

Resulta que el mentado agente no tuvo mejor idea que ir casa de los Clover y mató a los padres de los nuevos protectores de Gotham (la ciudad, no el supermuchacho) por haber matado a sus compañeros, sin embargo el joven encapotado llegó (tarde) y ahora se dispone a vengar a sus padres. El Detective intenta hacer entrar en razón a un encolerizado Gotham, de que no haga lo indebido, pero éste no duda en ejecutar al soldado sin siquiera contemplar la oferta de Bats de ayudarlo a encontrar a los verdaderos culpables de la tragedia. Pero el joven superpoderoso ya había cruzado una línea y, después de arrojar a Batman contra una pared, decide que no hay nada más que arreglar y que la única salida a todo este entuerto es destruir Gótica.


LO QUE DEJÓ ESTE NÚMERO.

Antes que todo: Sí, usé muchos “(?)”, pero no pienso pedir disculpas al respecto.

¡Qué número más enquilombado, gente! Hasta acá es quizás el más flojo de los cuatro que componen este arco, aunque no por eso menos entretenido e interesante. Analicemos algunas cosas en la trama que hacen un poco difícil de digerir la entrega.

El cambio de Gotham es demasiado vertiginoso. Que aparentemente el soldado que mató a sus padres se hacía el muerto, lo vio sacarse la máscara porque le picaba el rostro (esto nos referencia a lo dicho por James Gordon en el número #2) y después fue a buscar en la base de datos del Task Force X para dar con sus datos personales es bastante tirado de los pelos, como me dijo un colega del Blog. Convengamos que esa sería al menos la deducción de Batman, pero da igual.

Dejar a Gotham Girl en la Bat-Cave resulta peligroso, cuanto menos, al no saber verdaderamente en qué estado mental se encuentra. No podemos olvidar, claro, el humor negro de Alfred, que le ofrece café a la joven y, cuando esta despierta a los gritos, el inglés sentencia “quizás un té entonces”. Si bien el humor ácido de Pennyworth viene siendo una de las delicias de Tom King hasta acá, tremenda frialdad con alguien fuera de la Bati-Familia, y más una joven en aprietos, no suena al verdadero Alfred.


También es un poco extraña es la forma en que descubren que Amanda Waller está involucrada. Quiero decir, que los números de identificación den con la letra "X" es un tanto sobre maquinado, por decirlo de alguna manera.

Parece que el tema con los plazos de entrega y el latente crossover hicieron mella en este número a nivel gráfico. En el próximo termina el primer arco y hay descanso para David Finch, a quien no veremos más sino hasta el año que viene. El #6 correrá por cuenta de Ivan Reis, los capítulos de “Night of The Monster Men” estarán a cargo de Riley Rossmo y luego llegaría Mikel Janín para ilustrar el segundo arco: I Am Suicide.

En cuatro números vimos desfilar a tres entintadores. Matt Banning (#1, #2 y #4), Danny Miki (#2 y #3) y Sandra Hope (#4). Como dije en reseñas anteriores, Banning y Miki se complementan bien pero
Hope y Banning no, tanto así que algunas viñetas ni siquiera parecían dibujadas por Finch, que en general venía haciendo un gran trabajo hasta ahora. Por otro lado, los colores son todo un tema pues muchas páginas parecen haber sido coloreadas a las apuradas, dando la sensación de que este número efectivamente fue hecho contrarreloj.

Dejando eso a un lado, muchos quedaron contentos con la referencia a "All-Star Superman" y, hablando de Superman, algunos creen que la "fatality" de Gotham al soldado es ni más ni menos que un guiño al final de "Man of Steel".

Las escenas del Batmobile destruido y la de Batman entrando a la fortaleza de Waller y Lane son antológicas. Eso y además la actitud desafiante de The Wall hacia Bats, algo que ya es costumbre entre ellos.

Fue un número complicado por lo que acabamos de citar pero, como digo, me pareció muy entretenido no obstante. El desarrollo quizás deja algo que desear, pero aún así creo que es más que interesante hacia donde apuntan las cosas de momento.

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