Título: Rise of the Batmen, part five; Enemy at
the gates
Guión: James Tynion IV
Lápices: Álvaro Martínez
Arte: Al Barrionuevo (páginas 1-4)
Tintas: Raúl Fernández
Colores: Brad Anderson; Adriano Lucas (páginas
1-4)
Portada: Martínez, Fernández y Tomeu Morey
Portada variante: Rafael Albuquerque
¿Echábamos de menos
algo de acción?
Pues este completo #938 está dedicado a la más pura y
entretenida acción.
Tras una magnífica
introducción dibujada por Barrionuevo
y Lucas, se nos viene una avalancha
de patadas, combos y actos magníficos. Y agradecemos a Tynion por ello: estamos ante un cómic de superhéroe. A veces
olvidamos que la acción nunca debería postergarse en pos de un argumento supuestamente
más serio, o adulto, u oscuro… O cómo sea que le llamen los que no quieren
admitir que encuentran diversión casi infantil en las viñetas de una
historieta.
Y no es que Tynion haya infantilizado el título,
todo lo contrario. El escritor ha profundizado y logrado hacer evolucionar a un
personaje del que no sabíamos que esperábamos y necesitábamos algo más: Batwoman.
Mas no por ello ha escrito una historia pesada y lenta.
Su run hasta ahora sólo puede calificarse de óptimo —incluso
considerando algunos ripios iniciales—. Todo el proceso de crecimiento de Kane ha sido desarrollado de un modo
prácticamente natural. Nada forzado en ello, aunque sí detectamos un casting
inicial algo impuesto, seguramente para acercar “Detective Comics” a lo que Rebirth
busca, pero que ha resultado completamente ad
hoc para la historia que se nos
cuenta, donde esta Colony dirigida
por el propio padre de Batwoman
intenta suplantar al Batman original
por un ejército de Batmen, iguales
de efectivos aunque sin taras morales. Un plan donde la hija resulta ser un
prototipo de la cruzada de este general que, como todo soldado con aires de
golpista, justifica con el manoseado “el fin justifica los medios”.
Las primeras páginas de
este número nos hablan de ello, de cómo el deseo de un padre por proteger a su
hija, se transforma en una obsesión que puede incluso destruir a la hija a la
que se intentaba proteger. Quizá por ello el estilo casi idílico de la
ilustración, el trazo suave, el color casi de acuarela. Ese tiempo pasado en que
creíamos que las cosas eran mejores y que, enfrentados al presente, nos resulta
sólo una versión deformada de la realidad.
Por ello se agradece el
contraste del arte inicial con el posterior arte normal de un cómic de
superhéroe: el trazo duro, los rincones negros y las expresiones exageradas.
Este es el mundo al que despierta Batwoman,
pero que abraza sin mirar atrás, como esperamos de una verdadera súper heroína.
Tal y como le ha
sucedido a “Batman” y “Nightwing” —pero en especial al
primero—, los acontecimientos transcurren bastante rápido: el primer crossover de la Batifranquicia así lo demanda. Los Monster Men están a la
vuelta de la esquina y los tres títulos deben alinearse para interactuar. Lo
que, en el caso de Batwoman, se
agradece ya que la historia no se dilata innecesariamente con el simple afán de
ganar páginas. Aquí todo cuenta y todo aporta.
Tal vez, más que los Monster Men, sea que durante
los seis años pasados, nos acostumbramos al estilo de Snyder —que sí pecó de estira-guiones en muchos de sus arcos— y nos
llama la atención lo rápido que se nos presentan los acontecimientos.
Sin embargo, volvemos a
aclarar, es algo que nos gusta y que ha beneficiado enormemente a Batwoman.
Continuando con el cliffhanger del #937, Batwoman encara a
su padre y, junto a su equipo, rescata literalmente a Batman de la muerte.
En la reseña anterior
mencionábamos cómo Kate Kane ascendía hasta un status de igualdad con Wayne, y ahora lo notamos, brindándonos
un jugoso intercambio de opiniones entre ambos héroes que, esperamos, sean la
tónica en “Detective Comics”.
Pero la consigna en
este número es rescatar y huir: ya habrá tiempo para el enfrentamiento final.
Tynion le da a cada personaje su momento de lucimiento y, aunque este título sea
mayormente Batwoman, no olvida que
hay otros protagonistas presentes. Lo que también agradecemos porque aquello ha
evitado que incluso la interacción del equipo se nos haga redundante o soporífera.
Aquí cada personaje
respira a su propio ritmo y hasta Basil
“Clayface” Karlo tiene la chance de
demostrar su utilidad.
Demás está mencionar
que, en un par de viñetas apenas, el escritor también se da maña para
recordarnos la relación Red
Robin/Spoiler, o para remarcar que la aparentemente frágil Cassandra es una perfecta asesina,
ahora bajo la égida de Orphan.
Como reseñador, pero
principalmente como lector de cómics, uno no puede evitar muchas veces sentirse
inquieto por cómo se desarrolla una historia. Seguramente a ustedes les ha
pasado lo mismo. Pero “Detective Comics”
en manos de Tynion —y de Martínez, por supuesto, en los lápices—
me da absoluta confianza en el producto que se nos está entregando
quincenalmente. Y espero ver lo que viene a continuación.
Me alegra también que
este título se esté transformando en el
título de Batwoman: magnífico
personaje que siempre estuvo buscando su lugar y que incluso en The New 52 sufrió más de un tropiezo
editorial.
Me conforta ver que en
los anuncios del crossover “Night of the Monster Men”, junto a Batman y Nightwing, Batwoman sea el tercer integrante, cada uno representando un
título.
Todo marcha bien en “Detective Comics” y es un agrado
reseñar una historia bien contada y bien dibujada.
Plagiando a un
compañero de Blog: “Detective Comics”
#938 se lleva un 15/10.
La niña ha crecido. Es
hora de que le patee el trasero a su papito.
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