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sábado, 15 de octubre de 2016


“Look Into My Eyes”
Dirección: Rob Bailey.
Guion:
Danny Cannon.

Le ha tocado el turno a otro icónico villano del Encapotado de desfilar por “Gotham” y, aunque la ciudad siempre ha estado repleta de lunáticos de toda índole, pocos son los que pueden afirmar el estar loco como un sombrerero. Curiosamente, sin embargo, la versión que nos atañe de Jervis Tetch es una particularmente cuerda, a la vez que bastante experimental, sobre todo por su historia y relación con Alice en donde el show se ha tomado las mayores libertades, dotando al personaje de un sello distintivo y haciéndolo propio. Entonces, ¿qué tan efectivo es el Mad Hatter de “Gotham”? Vamos a descubrirlo. Advertencia: hay spoilers.

El episodio inicia con la introducción del villano en cuestión, pero antes de sumergirnos de lleno en la trama, recordemos quién es Mad Hatter y sus orígenes en el mundo del tebeo. Para empezar, decir que es uno de los tantos villanos salidos de la cabeza de Bill Finger (junto a Lew Sayre Schwartz) ya le otorga un aura especial, sin mencionar cierto prestigio ya que se trata, por lo tanto, de uno de los villanos más antiguos del Hombre Muciélago debutando en “Batman” #49. El personaje inició siendo un ladrón de lo más corriente sin ninguna particularidad notable pero, como suele ocurrir, se fue complejizando con el pasar de los años hasta alcanzar su encarnación más popular en la continuidad post-Crisis en Tierras Infinitas. En ella, Tetch trabajaba para Wayne Enterprises en la rama de neurociencia antes de, en algún punto, volverse completamente loco. Su obsesión por la obra de Lewis Caroll “Alicia en el País de las Maravillas” lo llevó a transmutarse en uno de sus personajes: El Sombrerero Loco. Así fue que, utilizando sus increíbles habilidades para la hipnosis y el control mental, Jervis logra secuestrar a varias mujeres que bautiza como “Alice” y las obliga a participar en fiestas de té para luego venderlas a modo de sirvientas. Naturalmente, es detenido por nuestro héroe y termina internado en el Asilo Arkham, del cual escapará para dar inicio nuevamente al ciclo.


Volviendo a “Gotham”, las primeras escenas sirven de introducción para el personaje y desde un primer momento queda claro que, como mencioné al principio, se trata de un hombre bastante cuerdo y hasta cierto punto encantador, algo que podría ir en contra de cualquier noción que se tenga de este villano conocido por ser repulsivo pero que, sin embargo, cuando es meditado junto con su don para el hipnotismo, la verdad que cobra bastante sentido. El Jervis Tetch de “Gotham” es efectivamente un hipnotista, un showman que se gana la vida en el escenario, por lo que tener cierto grado de carisma es algo fundamental para que esta concepción del personaje se sostenga y cobre sentido. Benedict Samuel, actor australiano conocido por su participación en “The Walking Dead”, hace una estupenda labor interpretando al personaje, dotándolo de misterio, calma, pavor o sorpresa según lo amerite.

Jervis no es necesariamente un personaje complejo, de hecho, que derive de otro ya le otorga cierta banalidad, pero definitivamente se esmeraron en resaltar su faceta más humana. Si el villano hubiera sido introducido en la primera temporada de la serie, sólo Dios sabe qué clase de bizarreada habría resultado. A partir de la segunda temporada el show fue cada vez más consciente de la importancia de profundizar en sus antagonistas, enseñar al público las aristas que los vuelven similares a nosotros, para luego impactar con sus facetas más oscuras, y el desarrollo de Jervis sigue este mismo patrón. Tras una increíble exhibición de sus habilidades a modo de espectáculo en el club nocturno de Barbara y Tabitha, Tetch se dispone a hacer uso de la hipnosis con propósitos algo más tétricos. Le ordena a un hombre que asesine a su esposa para luego suicidarse y, tras una escena que resulta más cómica que terrorífica debido a la ejecución de la actriz y, quizá, a una inesperada excentricidad en Jervis, excentricidad que dicho sea de paso no volverá a mostrar en lo que resta del episodio, el Sombrerero consigue un nuevo hogar en Gotham, revelando de paso su verdadero objetivo en la ciudad: Encontrar a su hermana Alice.

He ahí la trama principal del capítulo. Por algún motivo que no queda lo suficientemente claro pero que tan poco es tan reprochable, Jervis acude al ex-Detective Jim Gordon para que busque a su hermana en vez de usar sus poderes y así armar una cuadrilla de búsqueda. Pero en fin, la trama tiene que avanzar de algún modo y lo cierto es que resulta bastante efectivo. Jim ahora es un caza recompensas pago, Jervis tiene dinero y quiere contratar al otrora mejor Detective del G.C.P.D., es así de simple. Comienza entonces la búsqueda por Alice, de quién nos enteramos que no es una joven ordinaria, sino que fue uno de los tantos experimentos de Hugo Strange que consiguieron escapar durante la gran fuga. Así es, la mayor licencia creativa que se tomó la serie fue otorgarle poderes a Alice, convertirla en un ser extraordinario. No abordaré más la trama principal, cuya conclusión espera en la próxima entrega.


Tal y como se venía perfilando en el episodio anterior, Cobblepot 
termina por anunciar su candidatura oficial para la alcaldía de Gotham, y aunque es cierto que obtuvo el cariño del pueblo casi de modo forzado y que pudieron haber sido más minuciosos con el guion, complace el saber que la idea finalmente se llevará a cabo y que no tendremos que esperar varios capítulos para ver a Oswald en el poder, porque al igual que en la temporada anterior, todo parece estar predestinado al dinamismo. El que Oswald sea alcalde es algo que de algún modo ya está instalado en la mitología Batmaníaca, y darle a “Gotham” el espacio para desarrollar semejante concepto me parece una decisión más que acertada. El personaje siempre ha estado en busca de cariño y afecto, de aceptación, y este es uno de los modos que tiene de autentificar aquello, de sentir que es un miembro respetado de una sociedad en un ámbito legal.

Por otro lado, el misterio de Bruce y su doppelganger se intensifica todavía más. Durante un ejercicio de boxeo queda en evidencia las habilidades de su homólogo para esquivar golpes, atacar y soportar el dolor. En otras palabras, fue alterado genéticamente para hacer de él un hábil peleador, asesino, ¿o quizás algo más? Al margen de esto, la interpretación de David Mazouz vuelve a ser clave para generar la ilusión de estar frente a dos personajes completamente distintos, incluso cuando están en un mismo ámbito. Cuando ambos comparten escena, los ángulos de la cámara se perciben intencionadamente restrictivos, de modo que nunca se muestren los rostros de ambos al mismo tiempo. Por tal motivo, la peluca del doppelganger se ve más o menos desaliñada por detrás según se esté David en escena o el doble. Es un poco molesto, pero no dejan de ser detalles que, como he dicho, se solventan con la interpretación del joven Mazouz.

Otra escena que me ha llamado especialmente la atención es la que comparten Bruce y Selina. Una atmósfera muy tranquila, pero a la vez tensa por el hecho de que el doppelganger está a pocos metros de ellos, observando, interesándose en Selina. Hacía tiempo que no se reestablecía la química entre ellos dos y, aunque al final todo se desmorona, durante unos pocos segundos es fácil creer que realmente son la pareja ideal.

Y de una relación amorosa pasamos a otra. Desde el comienzo de la temporada notamos que el amorío entre Valerie y Gordon quizá no sea tan idílico como el propio ex-Detective pensaba. Por otro lado,
Leslie tiene la posibilidad de retornar sus funciones en el G.C.P.D. y se produce un incómodo encuentro con Jim en el cuartel. ¿Pensabas que a la serie todavía le hacía falta un aire más telenovelesco? No te preocupes, el nuevo prometido de Leslie se ocupará de eso, pues se trata de Mario Falcone, hijo del propio Carmine, que también llega a intercambiar algunas palabras con Jim. Así es, drama y amoríos por todas partes. No soy muy fanático de esta faceta del show, pero como no consume demasiados minutos en pantalla no voy a quejarme… Por ahora.


En conclusión, es un estupendo capítulo. Mi favorito de lo que va la temporada aunque, siendo recién el tercero, no es que sea decir mucho. Pero la serie va en crescendo y eso es algo muy importante. Mad Hatter me ha dejado una buena impresión y con ganas de más, lo mismo para el doppelganger de Bruce y la campaña de Oswald, a la cual se ha sumado Nigma a último minuto (¡oh, sí!). Todo parece ir viento en popa, ¿no creen? ¡Nos vemos en la próxima reseña!

Lo mejor:
  • Mad Hatter.
  • Oswald iniciando su campaña como alcalde.
  • Una vez más, el doppelganger.
Lo peor:
  • Aunque sea solo un detalle, el discurso hipnótico de Jervis: Repetitivo, sin variantes.
  • El personaje de Alice, un tanto desvirtuado.

Nota: 8.0/10 (muy recomendable).

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