Titulo: Dark Trinity – Part One: Fathers &
Sons.
Guión: Scott
Lobdell.
Dibujos: Dexter
Soy.
Colores: Veronica
Gandini.
Letras: Taylor Esposito.
Covers: Giuseppe Camuncoli, Cam Smith, Dean White,
Matteo Scalera y Moreno Dinisio.
Mientras que unos lidian con
los excéntricos experimentos de Hugo Strange y otros se adentran en
las profundas y siniestras aguas del
DC Extended Universe, algunos
mozos como yo tenemos que lidiar con encargos de baja categoría o, en todo caso, más más llevaderos. Dos bocados se necesitan para disfrutar de esta
clase de buffet. Es algo así como la marihuana, pero me estoy desviando. ¿Por
dónde estaba? ¡Ah, sí!
“Red Hood and The Outlaws”,
segundo capítulo.
Para quienes leyeron
la primera reseña, descubrieron que el
tebeo en sí no era tan terrible o decrépito como algunos imaginaban,
todo lo contrario. Resultó ser simplemente decente. Era un refrito más sobre el
pasado del petirrojo caído y su relación con el
Encapotado, pero nada
escandaloso, nada terrible. Dicho esto, y con algunas semanas de retraso, he aquí la
reflexión de este servidor sobre las nuevas
y sexys aventuras de
Jason Todd.
EL ARGUMENTO:
La entrega inicia en
Villa Flashback, con una agradable
sorpresa: ¡
Ma Gunn ha regresado, más
malhumorada que nunca (literalmente disparando a todo lo que se le ponía por
delante)! ¿Quién sabe? Capaz lleva desde el 2002 intentándolo hasta que
finalmente, entre miles de millones de páginas, apareció en el lugar y
momento adecuado.
Todd se
encuentra en la escuela de la abuelita, que logró arrinconar al
Murciélago
tras hacerle comer plomo (con fines educativos, por supuesto). El protagonista
comienza a relatar su peculiar y breve historia con esta infravalorada villana,
trama que seguramente pocos conocen ya que hoy en día el 80% que conoce al
anti-héroe lo hace solamente por su maravillosa cinta animada y por todo lo que siguió de ahí en más. Pero resulta que, en la
continuidad post-"Crisis on Infinite Earths", el chico fue ingresado en este
“centro educacional” por el propio
Batman con el fin de cambiar su vida para
mejor.
Pero esa es otra historia. Cuestión que, mientras el héroe actúa fuera
de personaje (ya abundaré más adelante en esto), simplemente se
tira encima de la anciana (que mal suena eso) y caen juntos por la
ventana, regresando al presente y explicando que la mujer parece tener una
conexión con lo sucedido en el número pasado. Es así como descubrimos, regresando a Villa Flashback en menos
de dos páginas, que fue apresada por el Dúo Dinámico y poco después de salir de la cárcel recibió una oferta de un nuevo aspirante a conquistador del bajo mundo: Black Mask, de quien también abundaré
más adelante.
Pero sucede que la señora no quiere asociarse con él, y
este se pone en plan cliché, ya saben: “No era una petición,
es una orden. ¡Tú me perteneces, este restaurante me pertenece! ¡El Blog me
pertenece! ¡Todos ustedes me pertenecen! ¡Hail Pottsylvania!” Vamos, que le dice que si no acepta la generosa propuesta sufrirá las consecuencias. Sin embargo, ésta se va y poco después le vuelan en mil
pedazos su amado precinto, aunque por fortuna el Chico Maravilla deambulaba por
allí para acudir en su rescate.
Jason quiere matar
al sujeto pero no lo hará dada
la promesa que le hizo a Bruce, así que un pequeño monólogo en off nos lleva al tercer flashback (¡basta, por favor!) donde el muchacho y su viejo mentor estudian la
guarida del
Acertijo en una
secuencia interesante pero poco explotada para mi gusto. No lo sé, para variar
podrían abundar más en los métodos/modus operandi de
Jason que simplemente en lo casual.
De allí pasamos a la opinión del vigilante sobre Roman Sionis/Black Mask, del cual
tenemos unos vistazos en su Bat-Ordenador, digo, Hood-Ordenador. Típico bastardo de cuarta categoría, parricidio, guiños con Batman y Catwoman, y paremos de contar. Lo mínimo e indispensable, mas me pregunto si tendrán la osadía de rescatar esa vieja
personalidad del antagonista, el sadismo y su obsesión con las máscaras.
Tras una pequeña siesta, cortamos abruptamente al enfrentamiento entre Todd y Mask (¿tan rápido?) donde Jason, luego de realizar una maniobra algo complicada, intercepta a las Máscaras Falsas y a su jefe, que ya
estaba esperando su aparición. Una página después y a una velocidad de
ultratumba, encontramos al Dúo Enmascarado en la cima de un rascacielos, parados en una
gárgola de piedra (!) Debo decir que me
encanta que Sionis se refiera a su relación con la
ciudad como si se tratara de una mujer, un muy buen detalle que podría servir a futuro para moldear su personalidad y que no sea
meramente el cliché #74 de Jefe Mafioso con aspiraciones a Rey del
Crimen.
Presenciamos OTRO breve flashback (show some mercy!): Un cameo gratuito del Príncipe Payaso del Crimen al mejor estilo Lobdell. Ya saben, con diálogos tipo “¡Voy a matarte, pajarito, a matarte pero de la risa! ¿Qué le dice el 2
al 0? ¡Vente conmigo! ¡¡HE HE HO HO HA HA HI HI HU HU!!”. Cuestión que Black Mask le propone al joven convertirse en su mano derecha, algo muy típico en
Gotham. Quiero decir, si tú eres un criminal ambicioso y poderoso, lo primero
que harás será depositar toda tu confianza en el primer sicario a domicilio que
se abra paso entre tus matones a puro plomo hasta llegar ante ti, ¿no?
Aún así, Roman no
es estúpido pero su sentido de la moda si, por lo cual decide poner a
prueba a su nuevo lacayo, tarea que consiste en eliminar a los secuaces que fracasaron
en matar a la Profesora Gunn, ofreciendo una de las viñetas más divertidas del cómic. En principio se
rehúsa por meros fines profesionales así que el líder temerario los castiga
por él, sorprendiendo y sacando de personaje a un abrumado
Jason, que ya sabemos qué clase de
persona es ahora aunque, por alguna razón, siente lástima por unos rufianes
cualquiera. Hipócrita. Pero en fin, la hipocresía forma parte del personaje, más si tenemos en cuenta que... *inserte monólogo largo y aburrido aquí*
Nos trasladamos a las afueras de la ciudad, donde Red Hood comanda su primer encargo, que
consiste en apoderarse de un vagón de tren con un contenido especial que, de momento, no fue revelado. Como dije, Sionis no es tan tonto. Resulta que Mask y sus hombres logran derribar el ferrocarril, mas son atacados por una
silueta misteriosa femenina que casualmente los estaba esperando, dando paso a uno de los bocadillos más graciosos que he visto en años la luego cerrar esta entrega con la introducción de nada más y nada
menos que Artemis, la guerrera
amazona.
¿Qué? ¿Esperabas a Bizarro?
¡De ese nadie se acuerda! ¡Ya váyase, señor, deje de molestar! ¡Que se vaya le dije,
el show terminó!
LA OPINIÓN:
No usaría la palabra “espléndida”
para resumir esta travesía, para nada, pero aquí estamos. “Red Hood and the Outlaws”, o en todo caso “Red Hood” a secas. “Caperucita
Roja y la Máscara Negra Feroz”. “Caperucita Roja v Wonder Woman Roja: El
Amanecer de Ma Gunn”. Si soy sincero, no disfruté tanto este número como si del antecesor, aunque diría que están a la par técnicamente hablando.
Hay algunos detalles sobresalientes, como el regreso de Ma Gunn, la pequeña escena de Batsy y su pupilo en la Bati-Cueva y la relación de Sionis con la
ciudad, pero también hay ciertos aspectos que me gustaría recalcar porque lo
veo necesario. Vamos a ello.
En primer instancia lo tenemos a
Batman.
El Caballero de la Noche. El Príncipe de las Tinieblas.
Serio, tenebroso, callado, inteligente. Estoy confundido. Desconozco qué
demonios pasó, pero estoy seguro que
era Dick Grayson quien portaba
el manto del Murciélago en las primeras páginas. Tuvo
que ser él. Me niego a pensar que
Bruce
Wayne llevaba la capucha en esas páginas. O sea, no estoy enojado o
molesto, pero es un pequeño detalle que me hizo ruido. No sé cuan principiante
fuera el
Detective en los días del pequeño
Jason,
pero el
Encapotado que conocemos y amamos JAMÁS le diría a uno de sus enemigos
de que material consiste su traje. No tiene sentido, es una distracción forzosa
de esas que solo usaría
Spiderman, Adam
West o alguien similar. Es como si
Joker
conociera por primera vez a
Robin
(Damian Wayne) y sucediera esto:
-Joker: ¡Ha! Un nuevo cerebro de pajarito, ¿eh?
-Batman: De hecho tengo 5 en casa. Por cierto, este es mi hijo.
Además, Jason Todd, el Robin que asesinaste, todavía sigue
vivo.
Para ser el mejor detective del mundo tuviste pocos
miramientos a la hora de escupir en qué consiste el material de tu disfraz, ¿eh? Pero ey,
por otro lado no es malo.
La versión de “The Batman” también era un creído
arrogante con actitud. Creo. No lo recuerdo. No estoy seguro. Es posible.
En segundo lugar he descubierto cuál es el fetiche del
escritor. No hay nada de malo en tener fetiches, yo tengo los míos, tú los
tuyos, hasta
Zack Snyder tiene
(los miembros varoniles y la cámara lenta), pero
Scott Lobdell sufre del
“Síndrome
de Flashbacks”. Si no pone uno en todas las páginas, no queda conforme. Por cada página en donde no hay alguna escena ambientada en el
pasado, alguien deja de seguir al
Blog. Y ojo, no está mal usar flashbacks, siempre y cuando no sea en exceso. Llega a molestar, a sacarte de onda. Más aún
si explotas temas que ya se han tocado hasta la saciedad. Sólo digo. Pequeñeces
mías solamente.
“Batman: La Máscara del Fantasma”
lo hacía en múltiples ocasiones, pero siempre aportaban algún dato nuevo a lo que
querían contar. Sin embargo aquí, dejando de lado la escena de
Ma Gunn, ya sabemos/esperamos lo que nos van a contar. Falta que en
el cuarto número aparezca
Ra's Al Ghul
y también le metan como veinte flashbacks...
En tercer lugar, pese a que me alegró mucho el regreso del
personaje femenino ya mencionado, por el otro lado me disgustó muchísimo ver
que la rebajaron a “Damsel In Distress”.
Metida con calzador, casi a la fuerza. De haber extendido un poco más la trama
del número ella podría haber sido explotada con algo más apropiado. Solo espero
y confío en que de alguna forma termine siendo una secundaria regular en esta serie. Algo
así como Alfred Pennyworth o El Pingüino de Jason. No puedo haber sido el único en pensarlo.
Y ya que estamos, justo de eso quería hablar: El desarrollo de esta entrega está demasiado comprimido y apresurado, y lo peor
es que se nota. Desde cortes abruptos hasta transiciones a la velocidad de la
luz, uno no sabe si está leyendo el libro con sus facultades mentales plenas, si es
víctima de algún potente alucinógeno experimental o de alguna bebida alcohólica. La historia se puede
digerir, aunque quizás si hubieran sido más calmados podría haberla disfrutado todavía más. Que se yo, podrían
haberse ahorrado el cameo del Comodín de la Muerte y la verborrea del Murciélago con el típico discurso de “esto no es un juego”.
Pero volviendo a los aspectos buenos, sigo recalcando que me
encanta el sentimiento de “Tiger Lips” para con “su” ciudad: Retratarla como una
mujer, referirse a cómo otros villanos la utilizan a modo de hábitat o como un
simple ring de pelea es un aspecto que me fascina y me recuerda mucho
a los orígenes del antagonista, que con un poco de moldeamiento y
tratamiento podría convertirse fácilmente en una figura interesante y
distintiva dentro de la amplia galería de villanos de Batman pues, aparte de ser un gruñón sádico, poco más tiene que ofrecernos de momento. A menos que bajo la máscara se oculten el
Joker o Thomas Wayne Jr.,
claro...
EL DIBUJO:
¿Recuerdan lo que dije sobre los “números uno” y sus dibujos? En ese caso, ya supondrán que existía
la posibilidad de que la calidad visual descendiera, se mantuviese igual o
repuntara. Pues para fortuna de algunos e infortunio de otros, nos respondieron con un “sí” y un “no”. No hay tantas viñetas impresionantes o
memorables como si las hay en la anterior entrega, pero al menos se dejan ver más allá de la falta de detalle en ciertas ocasiones.
En una época plagada de rediseños estrafalarios y horrendos
(te estoy mirando, Harley Quinn), es verdaderamente impresionante ver que Ma Gunn permanezca con el mismo atuendo
de antes. Les digo más, por un momento pensé que la harían negra y pelirroja (?)
Mención especial al diseño de Black Mask, aunque tras este número deberíamos llamarlo Black Sadomasoquista. Un cráneo negro
era demasiado hilarante o espeluznante para este personaje, o quizás ambas, así que
imagino que cambiarle una calavera por una máscara de cuero fundida en hierro
con ojos de mosca y una cremallera de metal en la boca debe ser más…
¿Intimidante para quienes le rodean? De todas formas se nos confirma que años
atrás utilizaba la capucha que todos conocemos. Es algo, supongo.
Pero dejando en paz a “Tiger Lips”, no me terminó de
convencer la presentación visual de Artemis.
No se confundan, me gusta su look, pero quizás sea la expresión de su rostro lo que se
me hace raro. Más que mirar a Jason con desconfianza u odio, lo mira con... ¿Cómo
decirlo? Con ganas de sacar el fierro, if you know what I mean.
CALIFICACIÓN: 6/10
Esperaba un poco más. Demasiado decente y con pocas
posibilidades, tiene lo justo y necesario. No se molestan en plantar sub-tramas
para futuros números, hasta ahora solo existe una que durará tres números
más. Me da algo de miedo que las siguientes entregas sean igual de apresuradas
que ésta a nivel argumental. Es un hecho que esto puede jugarle una mala
pasada al escritor, tal vez no ahora, mas en un futuro sí.
El planteo de la serie me sigue llamando la atención, pero al mismo tiempo es algo olvidable.
Seguramente en la siguiente entrada de la serie me habré olvidado de algunos
detalles y tendré que leerme este número de vuelta. O tal vez no. Pero como diría nuestro pequeño y sexy Jason: “¿En dónde estaría la diversión?”
¿Qué nos aguarda en el siguiente capítulo? ¿Mejorará un
poco la cosa o sucederá lo contrario? ¿Debutará finalmente Bizarro? ¿Volveremos a ver a Ma Gunn? ¿Cuáles son las intenciones de
“Tiger Lips”? ¿Quién ganará? ¡Noche de
pelea! ¡El día contra la noche! ¡Hombre contra Dios! ¡El Hijo Bastardo del Murciélago
contra la Guerrera Amazona!
JhonJanor se
despide, deseándoles buenas lecturas y buenas noches. Ouphta!
1 Batcomentario/s:
Me gusto este numero
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