Reseña: "All Star Batman" #3

Algún día tenía que volver a laburar...

Hubo una vez, hace una década aproximadamente, una DComics que entusiasmada se proponía lanzar una nueva línea en su franquicia titulada "All Star". Esta línea estaba destinada a lectores no iniciados en su vasto catálogo de lecturas, ofreciendo versiones frescas, nuevas y alternativas de sus más grandes íconos, traídos por algunos de sus autores más prestigiosos. Por un lado All Star Superman, creada por Grant Morrison y Frank Quitely, se convirtió en una de las historias más aclamadas en lo que va del Siglo XXI, y por otro -para sorpresa de muchos- pese a que All Star Batman and Robin reunía a dos de los referentes mejor pagados y mejor vendidos en la historia del Noveno Arte, es decir Frank Miller y Jim Lee, para muchos el resultado fue nefasto... Discrepo, pero esa es la opinión popular. Barbatos sabrá que se les cruzó por la mente a las cabecillas principales de la editorial cuando, muchísimos años después, en un nuevo relanzamiento canónico de sus títulos, decidieron estrenar otra serie llamada All Star Batman, que para colmo forma parte de la continuidad aunque se desentienda de la misma.

Si bien Scott Snyder, el guionista de turno, como mínimo es alguien entrañable y destacado en la industria contemporánea, el hecho de que en primera instancia esté acompañado por John Romita Jr., uno de los artistas más discutidos del rubro, sumado a todo lo anterior mencionado, no parecía precisamente un buen augurio. Y lejos de estar equivocados en nuestra intuición, las primeras entregas de este nuevo título no hicieron más que confirmar nuestras inseguridades. Hasta que al final del segundo número, un ápice de esperanza se asomaba entre tanto agujero argumental, disonancia conceptual y tono mal construído. Un ápice de esperanza que prometía de forma alentadora comenzar a estabilizar la historia y potenciar sus cualidades. Y nuevamente nuestra intuición parece haber acertado, ¡¿o no?! Bueno, .

Spoilers a continuación.

El viaje incoado por Batman y Two-Face en el inicio de la presente serie limitada es irrumpido repentinamente por un viejo conocido, mas un tanto olvidado en el mundillo del Noveno Arte: KGBeast. Recapitulando lo que sucedió en la entrega anterior -con el objetivo de refrescar memorias- este ex-agente de la Unión Soviética fue contratado para detener la travesía de los dos protagonistas por excelencia de este arco pues, si ellos llegaran a alcanzar su objetivo geográfico, el dual villano revelaría de forma abierta y pública los más oscuros secretos registrados de cada gothamita habido y por haber, caso contrario si el Hombre Murciélago es detenido, y el que lleve a cabo tal hazaña se haría acreedor de un millón de dólares. En otras palabras, todo es una simple excusa para hacer desfilar una buena cantidad de villanos en el camino.

La escena inicial da una impresión acertada de la optimización lograda en este issue, resultando una ensalada perfecta de violencia, rudeza, pochoclo y tetosterona que despoja al cómic de toda solemnidad y sutileza, encontrando el tono adecuado para el tipo de historia que Snyder tiene intención de contar. KGBeast representado como el típico hombre-bestia imparable e indestructible, empalando y decapitando guardias de seguridad, siendo apuñalado tres veces por el Cruzado de la Capa, baleado por Harvey Dent y atropellado por Duke Thomas, ¡no obstante continúa imbatible! La orgía de sangre, las altas cuotas de agresividad gratuita y los diálogos cheesy coronan el aire a film de clase B que tanto se anhelaba formar. Son esos pequeños detalles desubicados pero compatibles que aportan en gran medida a la construcción de esta atmósfera, porque cuando un cómic empieza a incursionar en nuevos gadgets como los mentados Bat-Knuckles, se empieza a definir la clase de aventura a la que el lector se embarca.


El idilio se hace más sólido si consideramos que le hicieron el favor a John Romita Jr. de ponerlo a bailar en su salsa. Con esto no quiero decir que falten ganas de saber cómo hubiese sido ver tan colosal escena ilustrada por otro artista mucho más competente y óptimo, pero es de agradecer que por lo menos esta extraña eminencia comiquera no haya arruinado algo que cuenta con los mismos tintes de las obras que lo llevaron a la cima anteriormente. En otras palabras, Romita Jr. se puso en modo Mark Millar e hizo lo que mejor sabe hacer, un eufórico sinsentido hecho con maña y cierto talento, como Zack Snyder o Michael Bay.

Lástimosamente (para él) cualquiera con un mínimo de conocimiento sobre construcción de un argumento, sabe que el grado Kick-Ass tiene que bajar los decibeles para darle un respiro a la narración, y es ahí cuando nuestro querido Romita Jr. vuelve a trastabillar al quedar expuestas sus proporciones exactas y rostros maravillosos. Benditos sean Danny Miki y Dean White, quienes nos ayudan a digerir mejor aquellas viñetas.


La historia entonces avanza sin mayores pretenciones ni intereses. Duke Thomas salva al Murciélago y al ex-fiscal de distrito, sacando a los sujetos dentro de su automóvil. Cameos de la Royal Flush Gang, Penguin, Black Mask y White Shark a un lado, y superando el típico/tedioso flashback expositivo que en vano fuerza un trasfondo significativo a la trama, Snyder nos devuelve a la fiesta. Los protagonistas (agregando definitivamente a Duke en la mezcla), luego de ser asistidos por el carismático Harold Allnut, se preparan para encarar la recta final del trayecto pero rápidamente se ven interceptados ácidamente -je- por una suerte de ninjas ambivalentes que significan un nuevo giro, porque ahora los héroes están ciegos y a merced del villano.

Los ninjas antedichos tienen un parecido muy peculiar con los Talons de la reconocida Court of Owls, ideada por el mismo autor del cómic aquí presente, ¿estará vinculado Dos Caras a esa organización centenaria? ¿O simplemente es un flojo diseño propio de Romita Jr.? Ojalá mi desconfianza sea injustificada y resulte ser lo primero, sería una buena manera de seguir integrando mitología Snyderiana en su trayectoria Batmaníaca.


No hay mucho más que agregar. Este número ofrece lo que propone. Si estás buscando desconectar el cerebro y disponerte a ver el equivalente de la saga cinematográfica Transformers en viñetas, vas a sentirte muy a gusto. Tal vez los fans más acérrimos del buen Scott se sientan un poco desconcertados y desorientados al encontrarse con una obra que se sitúa tan distante de todo lo que se ha leído suyo hasta hoy, aunque mucho de sus tropos siguen viéndose representados en el guión (por más que desentonen completamente y sea el más grave error de la serie). Personalmente apuesto por esta patada al tablero, creo que asumir cambios es el elixir vital de cualquier artista. Espero que paulatinamente se suelte de sus propias ataduras y lleve esta nueva fórmula a su estado más puro, sin verse infectado por clichés que acarrea de escritos previos. 

Puntaje: 7.5 de 10.

Quiero pedirles disculpas por los atrasos en mis reseñas, cumpliré con mis deberes eventualmente y a la brevedad si es posible. Por suerte nuestro Blog cuenta con un staff numeroso y dedicado que mantiene actualizado el sitio periodicamente, así que no dejen de estar atentos a las novedades. ¡Jokersaludos!

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