No More
Título: The Victim Syndicate, Parte Uno: I saw the
devil
Escritor: James Tynion IV
Lápices: Álvaro Martínez
Tintas: Raúl Fernández
Colores: Brad Anderson
Rotulados: Marilyn Patrizio
You who build these
altars now
To sacrifice these
children
You must not do it
anymore
A scheme is not a visión
And you never have been
tempted
By a demon or a god
(Story of Isaac,
Leonard Cohen)
Alguna vez tenía que pasar: mes tras mes, arco tras arco,
autor tras autor; Gotham City siendo llevada hasta el extremo.
La ciudad misma y sus habitantes aplastados vez tras vez. La muerte paseándose
a gusto por todas las avenidas, los callejones e incluso los pasillos de los
hogares de la ciudad maldita por excelencia.
¿Por qué este ensañamiento con una de la urbes emblemáticas
de los comics mainstream?
Inevitablemente las miradas se vuelven hacia los cielos
perennemente encapotados con la señal luminosa rasgando las nubes en la forma
semiperfecta de un murciélago.
Para cualquiera que haya seguido siquiera de modo somero la
historia de Batman, deberá reconocer
que lo que inició como una cruzada contra el crimen común, pronto se transformó
en una batalla con villanos tan disfrazados como el Detective.
¿Causa y efecto?
¿El huevo o la gallina?
En torno a los superhéroes —no sólo en relación a Batman— ha surgido hace tiempo la
cuestión de si el mal que combaten no es culpa de ellos mismos. Si no ha sido,
acaso, su aparición la que ha suscitado la aparición de sus oponentes.
Por lo menos, en el caso de Batman, la evidencia apunta de modo ineludible en ese sentido. Si
repasamos los últimos grandes arcos de su historia comiquera, la principal
motivación del villano de turno ha sido siempre dejar claro su punto… respecto
a Batman. Cosa de ojear “Zero Year”, o “Endgame”, o el
más reciente “Night of the Monster Men”.
Batman, nos guste
o no, ha sido la causa directa o indirecta de la mayoría de las catástrofes que
han asolado a Gotham.
Por ello, como señalamos al principio de esta reseña —o
pretendida reseña—, alguna vez tenía que
pasar: Las víctimas han decidido devolverle la mano a Batman. ¿Y quién puede culparlos?
“The Victim Syndicate”,
el nuevo arco de “Detective Comics”
es, a grandes rasgos, eso. La revancha de los que han llevado la peor parte de
la eterna batalla del Encapotado
contra las verdaderas hordas de mentes criminales y excéntricas que le
persiguen.
Tras el triste final del primer arco de esta etapa —“Rise of the Batmen”— marcado a fuego por
la traumática pérdida de Red Robin y la agitada noche de los Monstruos, por fin hay un momento para
repensarse lo que se está haciendo. Y Batman
siente el peso de la culpa. Sabe que una gran parte de la responsabilidad cae
sobre sus hombros. Y aquí, en “Detective
Comics” #943, asistimos a este proceso porque sólo acá él tiene el espacio
para hacerlo: ya ha quedado establecido números atrás que el verdadero protagonista
de este título es Batwoman y,
secundándola, Orphan, Spoiler y Clayface. Por ello, podemos ver a Batman descansando de la ominosa sentencia “porque es Batman”.
Así, la primera viñeta de este cómic tiene la presencia de
Kate Kane y prácticamente toda la historia se desarrolla en torno a sus
acciones e interacciones.
Tras un ataque a la Wayne
Tower, atestiguado por Lucius Fox y una tímida recepcionista llamada Ellie —¡gran guiño de Tynion
a Morrison y su arco “Three Ghosts of Batman”!—, se nos presenta a un disímil grupo de atacantes
con extraños poderes que alegan ser el Sindicato
de las Víctimas… víctimas de Batman,
por supuesto. Lo que los estadounidenses con soltura de cuerpo llaman Daños Colaterales, para justificar las ingentes cantidades de inocentes civiles muertos que los ataques terroristas de sus ejércitos han dejado por todo el
mundo.
Haciendo honor al título de la publicación, Batwoman —siempre a la cabeza— inicia
la investigación, a la vez que debe lidiar con los difíciles momentos que
atraviesa su grupo: Batman mismo,
además de Spoiler —cuya relación con
Tim Drake ya replicaba la original que conocimos en los noventa… y que
el misterioso Oz reclama como una de
las causas para desaparecer al Petirrojo—, sin contar con los problemas de
identidad que comienzan a aflorar en la mente de Clayface, pero que son moderados por la presencia de Orphan.
Como primer número, la historia avanza lo justo para
plantear las bases del arco a desarrollarse. Tras mostrarnos un poco más del
sufrimiento que padece Spoiler —y
gracias al cual nos enteramos de en qué se encuentran Harper Row y Jean Paul Valley a.k.a. Azrael—, la acción nos lleva a una cena
de gala que sirve de introducción al probable reemplazo de Drake: el joven Luke Fox a.k.a. Batwing, pero que acaba siendo la presentación en sociedad del Sindicato de las Víctimas, muy al estilo que
impusiera el extravagante Mr. Bloom en “Superheavy”.
De los tres actos presentados en esta segunda etapa de “Rebirth” —junto a “Batman” y “Nightwing”—,
este se vislumbra como el más sólido. El guión puede ser muy potente. El arte
de Martínez —secundado en las tintas
por Fernández— también es atractivo
y ya conocíamos su destreza por los primeros capítulos del anterior arco de “Detective Comics”.
Ahora nos resta esperar su continuación donde, esperamos,
podremos ver algo más de estas víctimas que exigen reparación y restitución de
parte de Batman.
Él, cual Abraham,
ha subido demasiadas veces al monte Hermón
de la justicia para, en aras del dios de su vendetta personal, sacrificar a
tanto Isaac gothamita inocente; pero
como le espeta Cohen en su hermosa y
terrible canción supracitada “Tú, que
levantas esos altares para sacrificar a esos niños, ya no debes hacerlo más. Un
plan no es una visión…”
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