Everyone near you dies!
Título: Unforgiven.
Escritor: James Tynion IV.
Arte: Al Barrionuevo (páginas 1-8, 14-16).
Lápices: Carmen Carnero (páginas 9-13, 17-20 ).
Tintas: Scott Hanna (páginas 9-13, 17-20 ).
Colores: Adriano Lucas.
Rotulado: Marilyn Patrizio.
Portada: Álvaro Martínez, Raúl Fernández y Brad
Anderson.
Portada alternativa: Rafael Albuquerque.
“Let's not talk of
love or chains
and things we can't
untie
Your eyes are soft
with sorrow
Hey that's no way to
say goodbye”
(Hey that’s no way tos
ay goodbye, Leonard Cohen)
Mientras más se
le complica la vida a Batman, más nos gustan las aristas que está tomando el
arco “The Victim Syndicate”.
¿Y cómo evitarlo?
Aunque los
cuestionamientos a la actividad de los Vigilantes
siempre han estado a pedir de boca —especialmente en el caso de Batman y su recurrente uso y abuso de
adláteres adolescentes—, nunca historia alguna había estado tan enfocada en no
sólo abrir una herida en el costado del Murciélago,
sino en meter el dedo y rotarlo con exhaustiva dedicación. No que yo recuerde,
por lo menos.
Víctimas en la
guerra particular de Wayne contra la
delincuencia en Gotham hemos
conocido muchas, pero siempre han sido estas la de asociados de nuestro héroe;
gente que, al fin y al cabo, sabe a lo que se expone y, de todas maneras, sale
a enfrentar las balas.
Pero de las
víctimas silenciosas poco se habla. Hasta ahora…
Independiente de
los peligrosos rumbos que ha tomado la protesta del Sindicato de las Víctimas, hay un punto que es irrefutable: son la
cara visible del daño colateral, aquellos que no han tenido la oportunidad
anteriormente de decir “yo no pedí esto”.
Hoy, estos
personajes han golpeado a Batman y
él ha acusado el golpe.
Y el modo visible
que ha utilizado Tynion IV para
contárnoslo es la reacción de Stephanie
Brown tras los sucesos del número pasado. No sólo que haya sido atacada, sino que, además, su vulnerabilidad ha
quedado expuesta al encontrarse cara a cara con quien se ha dado en denominar The First Victim, en la pretendida
seguridad de una cama de hospital. Una jugada maestra, si se quiere, de este
nuevo y enigmático villano —y lo llamamos villano porque, independiente de la
razón que tiene, sus métodos son desalmados—: no sólo ataca la psiquis
fracturada por la pérdida que sufrió Spoiler sino que además es un grito a la cara de Batman, enrostrándole que él no está en
condiciones de impedir nada.
Con una portada que
nos recuerda a aquellas clásicas de los setenta y parte de los noventa, con
diálogo incorporado —hoy casi no se ven portadas con bocadillos de diálogo—, el
nudo dramático de este episodio está enfocado en estas dos fuerzas: Batman y Spoiler. Ambas convergen en el mismo tipo de dolor, pero divergen
en sus métodos de abordaje de ese dolor.
Spoiler, notoriamente influenciada por la visita de The First Victim, sólo ve el vacío que la ausencia de Tim Drake le provoca. Una muchacha que ya tiene el traumático
antecedente de ver a su padre convertido en un cruel villano, seguramente no es
la mejor preparada para apegarse a alguien y luego perderlo de modo tan
dramático. Es obvio que su propio sufrimiento le impide ver el proceso interno
de Batman, creyéndolo un hombre
inmutable e insensible.
Batman, lo sabemos, es un hombre bajo
la capucha. Su propia tarea está impulsada por ese dolor, pero de un modo
productivo. Para él la consigna es “nunca más”. Y su modo de absorber su sufrimiento
es enfocarse en el trabajo. Puede no parecerlo, pero quizá la primera víctima
de Batman sea él mismo.
Con
planteamientos pseudo-existencialistas, “Detective Comics” no da tregua y, como ya hemos mencionado en
reseñas anteriores, se perfila como el mejor título de esta nueva etapa de la
franquicia Batman.
¿Cómo acabara
todo?
Nos encontramos
en aquel momento de los arcos argumentales en que todo es más negro. En que,
más que reencuentros, abundan los adioses y las separaciones; inconscientes de
que hay situaciones que no se pueden desanudar y que, en vez de decir adiós, es
mejor estar más unidos que nunca.
La resolución de “The Victim Syndicate” nos aguarda, pero
el viaje ha resultado hasta ahora tan intenso, que no nos importaría
contradecirnos y pedir que, al mejor estilo Scott Snyder, este arco
se extendiese.
Puntos a tocar no
le faltan: siendo “Detective Comics”
el título dónde se encuentran los aliados
de Batman, hay más de un personaje
que resulta atractivo. Este mismo número #945
es clara muestra de ello: vemos a Batwoman
evitando el encuentro con su padre. Está Clayface
que, a ratos, y de forma literal, se desmorona. Está Jean-Paul Valley, nuestro anhelado Azrael. Está Harper Row.
Está Orphan. Está Batwing…
Ciertamente, “Detective Comics” es un título abierto
a todas las posibilidades y con una infinidad de opciones a la hora de generar
interesantes historias.
Un macro-mundo
que Tynion IV, con gracia y estilo,
sabe acotar a pequeños espacios y a pocos personajes: hoy pasa mucho en Gotham y con este particular team, pero todo puede resumirse en una
niña herida y un hombre que no sabe reconfortarla.
Spoiler y Batman.
Dolor… y dolor.
Ambos víctimas.
Comentarios