viernes, 16 de diciembre de 2016
Black and white... and neon pink
Título: Blüdhaven, parte 1.
Escritor: Tim Seeley.
Artista: Marcus To.
Colorista: Chris Sotomayor.
Rotulador: Carlos M. Mangual.
Portada: Marcus To y Chris Sotomayor.
Portada alternativa: Ivan Reis, Oclair Albert y
Sula Moon.
En el Universo DC un componente ha acompañado siempre
a nuestros héroes: la ciudad. Casi como
un segundo protagonista, la ciudad ha acogido a sus adalides y no sólo se ha
visto beneficiada por el actuar de estos, sino que además ha ayudado a moldear
la personalidad de ellos. Una suerte de simbiosis que los ha acompañado casi
desde su génesis —y digo casi, porque algunos, como el mismo Batman, habitaron en primera instancia
ciudades reales, New York en su caso, y posteriormente
fueron trasladados a sus locaciones por todos conocidas—.
Por ello mismo,
cuando DC decidió que era tiempo de
que Nightwing se despegara definitivamente
del lado de su mentor, lanzándolo a su propio título, también fue el tiempo de
que él se convirtiera en el “santo patrono” de una ciudad portuaria, vecina de Gotham, llamada Blüdhaven que, como rápidamente advirtió Grayson, hacía mucho honor al significado de su nombre —algo así
como “Puerto sangriento” en las
lenguas de ascendencia nórdico-germánicas—.
¡Y vaya que
creció Nightwing!
Enfrentado a
enemigos propios y otros tantos tomados de la vecina Gotham, Ala Nocturna medró y adquirió personalidad
propia, transformándose, acaso, en el único adlátere que sobrevivió a su pasado
de “compañero de” y llegó a ser un personaje tanto o más destacado que otros superhéroes
clásicos.
Las malas decisiones de la compañía allá por el 2011, deshicieron todo este
maravilloso tinglado en el cual se movía Nightwing
y, al presentar al personaje dentro de The New 52,
borraron todo aquello y lo devolvieron a su status de ex secundón de Batman. Blüdhaven desapareció del mapa y, para que no se notara tanto, los
creativos lo mandaron a Chicago
donde, como tantos otros títulos en esa época, su figura se resintió.
Pero llegó “Rebirth” con su promesa de restauración
y, tras un necesario #9, Nightwing vuelve a la ciudad que le
pertenece de siempre en este número 10.
Tras restablecer la relación especial entre nuestro protagonista y el Superman original, ya estamos listos para continuar con la re-formación
de Grayson, caminando por las calles
de este puerto que, tras una fachada de ciudad alegre y acogedora de brazos abiertos
al turismo, encierra muchos secretos oscuros.
Tal como
adelantó el “Direct Current” de DC (publicado hace un par de semanas), Nightwing no sólo vuelve a
Blüdhaven y se transforma en el Vigilante que amamos en los noventa, sino
que además vuelven aquellos enemigos que conocimos siguiendo sus aventuras en aquellos
tiempos y que también, de una u otra forma, contribuyeron a definirlo como un
carácter propio.
“Acorde con el
espíritu de los libros 'Rebirth',
queremos tomar lo que era familiar y querido por los fanáticos y hacer algo
completamente nuevo con esto”, sentencia Seeley.
Este número, por
ello, es una suerte de presentación.
Conocemos a
personajes nuevos como la, en apariencia, adorable Shawn Tsang —que al
final de la revista se nos revela como Defacer,
alguien que Nightwing parece
conocer—. También al turbio James Nice, que no le hace honor a su
apellido.
Además, entramos
al despacho de un alcalde de apellido Madrigal
más interesado en atraer turistas que en solucionar los problemas de
delincuencia que aquejan a su ciudad —si les digo que vivo en Viña del Mar, Chile, y conocen la ciudad, sabrán cuán grave es ello—, rodeado de
un equipo de publicistas que saluda con ojos comerciales la llegada de Nightwing a la ciudad.
Poco más podemos
saber en esta introducción, aparte de visitar el Centro Comunitario en
torno al cual, por lo que se puede colegir, discurren muchos asuntos turbios y
que no podemos evitar relacionar con Gorilla
Grim, personaje involucrado adrede
en un asesinato.
Lo importante, en
todo caso, es que ya tenemos a Nightwing
saltando por los tejados de Blüdhaven
de nuevo. Tenemos al gran Seeley que
se ha transformado en la verdadera voz de Grayson
este último par de años. Y tenemos el arte de Marcus To que, no siendo
Janín ni Fernández —anteriores dibujantes de “Grayson” y “Nightwing”
respectivamente—, esperamos que sepa retratarnos al Ala Nocturna que tanto
nos gusta. Hoy está ahí, dando sólo lo justo. Esperamos que nos deslumbre cuando
las verdaderas correrías de Nightwing
por fin despeguen en Blüdhaven, la
ciudad del negro y blanco… y los neones rosa.
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