Reseña: “Batman” #14 - “Rooftops”, primera parte


Título: Rooftops - Part One.
Guión: Tom King.
Arte: Mitch Gerads.
Letras: Clayton Cowles.
Arte De Tapa: Stephanie Hans.

Finalmente llega lo que se supone es el epilogo de “I Am Suicide”, donde veremos el destino aparente de Catwoman tras la masacre por la cual fue condenada a la pena capital.

Batman y Catwoman están en un techo de un edificio (duh!), donde el Murciélago le explica a Selina que los arreglos para evitar la pena de muerte han llegado a buen puerto. En realidad es una forma de decir, pues no será ejecutada pero seguirá encarcelada de por vida y sin posibilidad de fianza. Bruce le comenta además que esa misma noche debe entregarla a las autoridades pero Cat prefiere aprovechar la velada con Bats, y asegura que se entregará al día siguiente con la promesa de decirle la verdad. Nuestro héroe sostiene que Selina no mató a esos 237 infelices y que lo va a probar, sin embargo La Gata cree que es una causa perdida, que el Detective no podrá hacerlo.

Además de un poco de cuchicheo, la dama tiene otra cosa en mente, pero el deber llama: La Bati-Señal brilla en los cielos de Gotham y Batman se dispone a hacer lo que mejor sabe hacer, aunque esta vez acompañado por Catwoman. De este modo, la noche se transforma en un frenesí de villanos que recibirán una merecida dosis de justicia. El primer oponente es Clock King, quien se jacta de haber calculado todos los movimientos del Caballero Oscuro y sostiene que, haga lo que haga, sus acciones lo conducirán hacia una muerte segura. Lo que este villano no tuvo en cuenta es que La Felina lo sorprendería por la espalda y le partiría su mandarina en gajos. La noche es joven.


En las subsiguiente viñetas veremos a un elenco clase B/C —algunos que ya vimos durante cameos en esta serie u otras, como “All-Star Batman”— sufrir el castigo de parte de Bat y Cat, como se llaman cariñosamente los tortolitos. Así es como Magpie, Signal Mal, Gorilla Boss, The Ten-Eyed Man, Werewolf, Copperhead, Amygdala, King Snake y Condiment King son reducidos a meras punching bags. Más tarde Cavalier, Zebra Man, Film Freak y Mad Monk reciben sendas palizas del Murciélago mientras que, a un lado, Catwoman se da un baño kitty style *guiño guiño* Kite-Man es el último en la repartija de golpes, mas Selina expresa que ya se cansó de hacer lo que él quiere —que en todo caso era lo que el deber dictaba— y ahora toca lo que ella desea (!)

El Justiciero de la Noche no está muy contento de irrumpir en una propiedad privada pero en realidad es para hacer algo estilo Robin Hood. Catwoman se roba El Gato de Victoria, una pieza que había sido, valga la redundancia, robada del museo de Ciudad Gótica y el Detective no había podido recuperar. Resulta que ese departamento estaba a nombre de Holly Robinson, un alias de la sensual villana, y el sistema de seguridad se encargará de volar todo al carajo una vez removido el ítem, limpiando así todo rastro de su presencia allí. Por más obvio que sea decirlo, ambos escapan justo a tiempo.

Dentro del Gato de Victoria, Selina escondía una gran cantidad de diamantes, los cuales quiere que Batman use para construir orfanatos una vez que ella esté tras los barrotes, pero antes... Cat los arroja al suelo para engatusar a Bat en una noche de eficiente sexo vigilante, la cual se torna más lujuriosa con los diamantes rodeándoles el cuero.


LO QUE DEJÓ ESTE NÚMERO.

Este mini arco de dos partes, recordemos, originalmente iba a ser un número auto-conclusivo e iba a ser ilustrado por Stephanie Hans. La artista finalmente hizo el arte de tapa, revelado hace unos meses ya, y también hizo la portada que acompañará la segunda y última parte de “Rooftops”. Es más, en un principio se suponía que Mitch Gerads dibujaría el #15 (18/01), que iba a tratarse de la unión de Batman y Swamp Thing, idea que obviamente fue descartada o, en todo caso, pospuesta. Pueden ver nuestro artículo al respecto aquí.

Creo que, para sorpresa de la gran mayoría, este número fue menos melancólico y mucho más movidito de lo esperado. Tuvo un toque de sensualidad y de acción en proporciones justas, a la vez que fue divertido ver cómo King se las arreglaba para utilizar a tan variopinto elenco de villanos. De hecho en este departamento cabe destacar que los malotes lesionados son figuras que datan de entre 1939 y 2002, es decir, fue un lindo fan service para todas las edades, siendo el más longevo Mad Monk (The Monk) y el más nuevo Condiment King que, si bien el primero nace en “Batman: La Serie Animada”, la versión de Mitchell Mayo proviene de los cómics (“Birds of Prey" v1 #37, 2002). Personalmente no sé si Kite-Man tenía de frase de cabecera “Kite-Man, hell yeah!” pero la usó cuando reapareció en continuidad en “Batman” v3 #6 y ahora la repite a duras penas después de ser lastimado por Bats, ofreciéndonos así un momento sublime.

Algo que llama la atención es el tema de las 237 víctimas de Selina pues infiere un cambio radical respecto a lo que veníamos pensando hasta ahora. Cuando Batman, en su momento, la acusó de ser “un fraude” pensamos que se refería a que Catwoman había exterminado al grupo terrorista Dogs of War en venganza por quemar el orfanato donde se crió, no verdaderamente por las víctimas inocentes como se justificaba sino por ella misma. No obstante, ahora parece que Selina es inocente y Batman no puede probarlo. De hecho ella misma parece adjudicárselo, lo cual nos lleva a preguntarnos ¿por qué? ¿A quién está protegiendo? ¿Ante quién/quiénes quiere mostrarse capaz de tamaña matanza? Esto definitivamente nos deja con un cliffhanger de aquellos.


Queríamos ver cómo King manejaría la relación entre Bat y Cat, más aún después de “I Am Suicide”, y este número fue fascinante a mi gusto. King/Gerads es una dupla probada, con su espectacular "The Sheriff of Babylon" cosechando elogios como uno de los mejores cómics del 2016 y, de hecho, parece que DC les va a dar a la dupla otro cómic (mini-serie) a elección. ¡Miren si no confiarán en ellos!

Era un poco cauto con la Selina de Gerads, pues creo que no tiene un estilo que pueda resaltar la sensualidad de un personaje como Catwoman (cosa que, por ejemplo, Mikel Janín hizo con creces), pero en líneas generales me gustó su trabajo. Fuera de ese detalle, visualmente el estilo de Mitch me pareció bárbaro para esta historia, en especial porque se refugia en la simpleza pero de golpe te saca detalles de la galera y te vuela la mente. Quería ver a Mitch en “Batman” y me cumplieron, ¿qué más puedo pedir?

Por último, decir que estamos considerando abrir una votación para que ustedes decidan el nombre de pareja/“shippeo” entre Selina y Bruce —en sendos disfraces— al estilo “Brangelina”, por lo tanto deberán decidir entre Batwoman o Catman (?).    

Idioteces aparte, si tiene algo que comentar, bienvenidos sean. Nos estamos leyendo en breve. ¡Batisaludos! 

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