Reseña: “Batman '66 meets Wonder Woman '77” #3 - #4

Sweekeek eek!

Título: “Batman '66 meets Wonder Woman '77” #3 y #4.
Escritores: Marc Andreyko y Jeff Parker.
Lápices: David Hahn.
Tintas: Karl Kesel.
Colorista: Madpencil.
Rotulador: Wes Abbott.
Portada: Michael y Laura Allred.

¡Santas subastas, Bati-Lectores!
Los recuerdos de Bruno Díaz continúan.
La subasta de dos grimorios termina en un verdadero enfrentamiento entre nazis, la Liga de las Sombras, Brunito y Marvila, que no da tregua en estos dos números.
Tras ver interrumpido su jueguito de “yo te muestro la mía y tú me muestras la tuya”, Talia niña y Bruno niño también, escapan con un ejemplar del libro seguidos por todos los malos. Hasta que Ra’s al Ghul embosca a Brunito, quien logra escapar por los pelos sólo para caer… a que no adivinan dónde… Sí, a un sistema de cuevas subterráneo.


Pintoresco, sin embargo un modo divertido y eficaz de conectar este evento moderno pero ya clásico de la creación de Batman con el personaje camp de los sesenta, más apegado a la tradición original del juramento ante la tumba de los papis.
¿Y qué es lo que encierran estos libracos que todos se mueren por tenerlos?
Como indica el título en sus tapas, contiene una guía turística de los mundos perdidos de la antigüedad. Ya saben: Mu, Lemuria, Thule, Hyperboria, Isla Paraíso, Atlantis, El Dorado, Shagrilla, Santa María de los Buenos Aires, Santiago de Nueva Extremadura, etc.
Por alguna razón loca, los nazis en la vida real se desvivieron por encontrar artefactos relacionados con conocimientos míticos —para más prueba, véanse Indiana Jones… pero no la cuarta que es un asco—. Y, al parecer, existe un gran atractivo en esas ciudades milenarias. Una sed de poder más que de conocimiento en manos de los villanos, pero sed al fin y al cabo.


Al Ghul, ya saben, de seguro tiene intenciones tan negras como la de los nazis. A saber: orden, pureza, disciplina y todas esas maléficas ideas de la gente con altura de miras.
Pero ahí mesmito se encuentra la heroína del bondage y el sometimiento: Wonder Woman en su versión Lynda Carter —la que mojó nuestras sábanas en aquella década del setenta, ¿recuerdan?—.
Brazalete aquí, brazalete allá, la amazona no tiene dificultad en derrotar a nazis y asesinos de la Liga por igual. Incluso se las amaña para conversar con los murciélagos y descubrir dónde se metió Brunito. Justo a tiempo, además, para rescatar al futuro Batman de las garras del siniestro coronel nazi de turno que acaba sus días en el fondo de un abismo en el sistema cavernario que, años más tarde, cobijará a la Bati-Cueva.
¡Esa es una heroína!
De hecho, hacia al final, la vemos sosteniendo en brazos al asustado Brunito. Eres un muchachito muy valiente, le dice. Y Brunitotoong!


Pero estos cuatro primeros números son apenas la introducción, porque Batman, el grandulón con afición por los Robin, aún no conoce Marvila. Sólo fue el inocente Brunito.
Es tiempo que el Dúo Dinámico le devuelva la mano y acuda en ayuda de la Amazona porque, como hábilmente ha deducido Batman, el objetivo de Ra’s al Ghul es Isla Paraíso, hogar de las Amazonas.
¡Al Bati-Jet, Robin!
Si este divertido cómic sigue con el mismo pie, nos espera una tonelada de entretención en manos de la mejor versión que hemos conocido de Batman y Marvila.


Quédense en este mismo Bati-Bblog para la siguiente Bati-Reseña en dos Bati-Semanas más.

O, como le dijo Marvila al murciélago: Eekweek eek… y eek.

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