I’m on their
side
Título: The Victim Syndicate, Finale: The Brave
One.
Escritor: James Tynion IV.
Dibujante: Álvaro Martínez.
Tintas: Raúl Fernández.
Colores: Brad Anderson.
Rotulados: Marilyn Patrizio.
Portada: Jason Fabok y Brad Anderson.
Portada Variante: Rafael Albuquerque.
I smile when I'm angry
I cheat and I lie
I do what I have to do
To get by
But I know what is
wrong
And I know what is
right
And I'd die for the
truth
(In my secret life,
Leonard Cohen)
El final de “The Victim Syndicate” llegó. Y llegó de una manera sorprendente, pero no lejos de
la lógica que ha seguido Tynion IV desde
que tomó las riendas de “Detective Comics”: cada miembro del equipo es importante y se merece su momento.
Reunir a este grupo de héroes persigue la idea de tomar a cada uno de ellos y
hacerlo avanzar un poco más como personaje. Que su presencia en “Detective Comics” cuente. Nos ocurrió
con Batwoman —que ya anuncia título propio—. Nos ocurrió con Tim Drake —cuya inmolación lo eleva a una
categoría especial dentro de la Bati-Familia—. Y nos ocurre ahora con Stephan… No. Más bien, Spoiler, como ella misma exige que se
le llame.
Junto con el
advenimiento de The New 52, muchos
personajes, muchas relaciones desaparecieron. Y muchos resentimos la pérdida.
Sin duda
advertidos de lo que las decisiones editoriales habían causado en los lectores,
DC elaboró un plan maestro —guiado
por el ubicuo Geoff Johns— que tuvo su punto álgido en “DC Universe: Rebirth” #1, pero que ya venía
gestándose desde un año antes. Por lo menos en el caso particular de Spoiler, a quién vimos reaparecer en la
continuidad en el preludio de “Batman Eternal”. Pero su paso por aquella
historia —por lo demás, bastante significativo—, apenas fue su presentación:
Simplemente Spoiler volvía a ser Spoiler. Nada más.
De su pasado
junto a Drake, del hijo que alguna
vez tuvo y dio en adopción, de su paso como Robin, como Batgirl… de
todo aquello ya no se tenía idea.
Hasta que llegó “Rebirth” y la consigna pasó a ser “recuperar
el legado”.
En el caso particular
de “Detective Comics”, significó
volver a su numeración original y transformarse —en las agraciadas letras de Tynion IV— en el título germinal de
todo el Bati-Universo.
Por ello hemos
visto pasar a estos personajes por sus páginas, dar un paso adelante —y quizá
uno atrás, a los buenos tiempos—, para recuperar su significancia en el entero DCU.
Pronto vimos a Brown emparejada con Drake, como siempre nos gustó que
fuera, aunque —en repetición de eventos pasados— uno de los dos desapareciera,
dándole un aspecto trágico a su relación —recordemos que en una anterior
continuidad fue ella la dada por
muerta—.
Acción que, en
esta nueva continuidad, tiene que ver con lo que la relación de los dos podía
despertar —en palabras del misterioso Mr.
Oz—.
Sin embargo, Spoiler merecía crecer aún más…
oscurecerse, si se quiere. Y el arco “The Victim Syndicate” fue el lugar elegido por Tynion IV para reforzar
el carácter de Brown, recreando bajo
un nuevo paradigma todo el dolor que el personaje soportó antes de Los Nuevos 52.
Porque si este
arco nos habló de los daños colaterales que las acciones de Batman causan en la gente inocente —en
realidad, él y sus compañeros—; la verdad es que la gran víctima que se nos
presenta es Stephanie Brown misma.
Y es ella la voz
de este número final: la voz de una niña, de una mujer, de una hija, de una
amante, eternamente golpeada y manipulada por su medio ambiente.
Es ella quién se
alza y derrota al Sindicato de las
Víctimas, quién se rebela y revela
y derrota al equipo de Batman
completo.
Pero su mejor
victoria, que bien podría ser quebrar sicológicamente al mismo Batman —triunfando ahí donde Bane falló en “Batman” #13—, fue el decir “no más” y alejarse para buscar su
propio yo.
Eternamente
ligada a Tim Drake, sabemos que estará rondando y que su papel en los eventos
finales de “Rebirth” será más que
significativo. Hasta el mismo Batman
lo admite ante Batwoman.
Pero el arco
termina y ya se prepara la acometida de nuevas historias —parte de la
brillantez de “Rebirth” consiste en
avanzar y avanzar, no estancándose en historias eternas y reflexivas—.
Sabemos que el
crecimiento de Batwoman ha sido tal,
que ya merece su propio número —estúpidamente abortado en The New 52, merced a editores miopes—.
Sabemos que
nuevos integrantes conformarán este equipo: Azrael ha sido llamado, Harper
Row —aquel “snyderiano” intento
fallido de nuevo Robin— también
podría aparecer.
Seguramente, Tynion volverá a trabajar en ellos para
devolvérnoslo aún más grandes.
Batwing ya ha iniciado su camino.
Cassandra Cain, Orphan, es un personaje que también espera florecer al amparo de “Detective
Comics”.
Y nosotros no
podemos estar más ansiosos por ver qué sigue.
La caída del Sindicato nos la esperábamos. No
teníamos idea de que sería la voz de una muchacha la que acallaría sus quejas y
es bueno ser sorprendido en un medio donde pareciera que ya nos conocemos todas
las historias.
Un acierto que la
verdadera identidad de la First Victim permanezca anónima, porque
representa a cualquier persona dañada por las acciones de Batman —incluso a él mismo—.
Realmente debemos
agradecer lo bien que ha llevado las historias Tynion IV. No siempre es
tan fácil trabajar con tanto personaje, pero el discípulo de Snyder supera a su maestro a ratos.
El arte de Martínez, como siempre, es impecable,
aunque se resienta en algunas proporciones de personajes —como aquella en que Batman se le aparece por la espalda a Spoiler—, pero la expresividad de la
que dota a cada carácter es impagable, en especial tratándose de una horda de
tipos encapuchados y con pocas partes del rostro al descubierto.
Mención especial
merecen las últimas páginas en que volvemos a encontrarnos con Drake intentando escapar de su prisión
—escenas que más de algún alucinado a querido ver replicadas en algunas viñetas
de “V de Vendetta”, pero que no
superan una exhaustiva comparación a mi juicio—.
Pero su aparición
sirve sólo para generar más preguntas que tienen que ver directamente con “Rebirth” y los acontecimientos que alguien
provocó trastornando la realidad de nuestros héroes.
Vemos la silueta
de un hombre contra una potente luz azul que asusta a Drake y que a muchos les ha sonado a Manhattan, pero que bien podría ser el momento en que Red Robin se encuentre consigo mismo —recordemos que al final de “Batman Beyond” v5 #16, el Tim Drake de esa realidad también es capturado por una potente luz—.
Elucubraciones
más, elucubraciones menos, “Rebirth” nos sigue manteniendo cautivos al DCU;
y Tynion, por su parte, sabe cómo
mantenernos enganchados a “Detective
Comics”.
No tenemos
escapatoria.
Y eso nos gusta.
Comentarios
Como tú señalas, sólo podemos teorizar respecto de lo que ocurrió con Drake, ¡pero esa es parte del placer de leer comics buenos! Sólo nos resta esperar por las respuestas. ¡Y por tus comentarios!