Reseña: “Justice League of America” #2 - “The Extremists”, segunda parte


Título: The Extremists – Part 2.
Guión: Steve Orlando.
Dibujos: Felipe Watanabe.
Tintas: Scott Hanna.
Colores: Hi-Fi.
Letras: Clayton Cowles.
Arte De Tapa: Ivan Reis, Joe Prado, Marcelo Maiolo.

Anteriormente vimos que Batman, asumiendo la responsabilidad que conlleva ser líder, decidió entregarse ante Havok para impedir que elimine a Ryan Choi. Resulta que el invasor ve en nuestro héroe un reflejo de Crusader, el símil Batsy de su dimensión al cual le tenía algo de condescendencia, por lo tanto escucha cuando el Encapotado trata de razonar con él, buscando convencerlo de que puede ayudarlo a salvar al mundo. Esta actitud le parece un signo de debilidad al Dr. Dierhard y se subleva contra su líder, atacándolo y aparentemente derrotándolo, al tiempo que resurge la gresca entre la BatLeague y el resto de los Extremistas. No obstante, Havok se levanta y asesina al traidor, deteniendo la pelea de manera definitiva y advirtiendo a sus adláteres que no tolerará otro chascarrillo como ese. Súbitamente el terrible alienígena y su gente se telestransportan “a casa”... ¿Pero acaso su mundo no había sido destruido?

El destino de los Extremists es Kravia, sitio de nacimiento de Havok. Por desgracia este pequeño país se convirtió en una zona de tensión máxima ya que su nuevo gobierno tiene problemas con las escaladas de violencia de los disidentes que se niegan a aceptarlo, y es que el otrora rey murió sin dejar un heredero. En unas horas, los alienígenas ponen orden en la nación con puño de hierro y Havok es nombrado como el flamante soberano en un gesto de gratitud, cumpliendo así lo que no pudo en su dimensión. De todas formas no es como si hubieran podido detenerlo, ¿verdad?


Bruce y compañía llegan a Kravia para detener a los extraterrestres del orto pero tras derrotar a Death Bat, la guardia de la frontera que trataba de evitar que los civiles temerosos de Havok escaparan de la nación, el ejército local irrumpe en escena. Como los invasores ahora conforman un gobierno propiamente dicho y la mayoría del pueblo parece estar a favor de ello, la irrupción de Batman and his bitches podría generar un conflicto de carácter internacional.

Momentos después, en la frontera con Gardevia, los héroes (depende del punto de vista de quién (?) se reúnen junto a un general disidente para intentar llegar a una solución y que, de acuerdo a las palabras de Vixen, los ciudadanos de Kravia puedan apoderarse una vez más de la nación que Havok les robó.

OPINIÓN

El giro que ha tenido el libro resultó interesante y la verdad que eso es algo bueno porque sinceramente los villanos de turno elegidos para enfrentar a la nueva versión de la Liga de la Justica de América son todo menos eso. Con el mentado giro me refiero, claro, al hecho de ver a los Extremistas como gobernantes legítimos, lo cual dificulta el accionar ofensivo de Batman y su gente. Sin embargo, y como he dicho antes, no creo que ésta sea la amenaza que motivó al Hombre Murciélago a formar este equipo o al menos espero por Manhattan que no lo sea.

Voy a darle mérito a Orlando, un escritor que me cuesta digerir y que DC parece empecinada en darle Bat-Books aquíallá, por esa suerte de romanticismo que esboza Havok al tratar de obtener el trono que le fue negado en su mundo donde, según cuenta, fue desterrado por su padre por tener una enfermedad en la sangre y tuvo que venderle el alma a algo llamado “El Poder [o algo así] más allá del espejo”
para convertirse en la criatura metálica súper-poderosa que es hoy. Es así que el Príncipe Alexi, como se llamaba originalmente, tuvo que viajar a otra dimensión para cumplir su destino.


A todo esto, Black Canary está cabreada con Batsy por el intento de rendición de su parte. Si es que era su plan, como da a entender el Detective, Dinah exige saber qué pretendía hacer en tal escenario ya que una de las razones para reclutarla fue su honestidad y su actitud directa. Es allí cuando nuestro héroe le pide que confíe en él pero su pedido parece no satisfacerle. ¿Habrá chispazos a futuro entre ellos? 

Entre tanto, Killer Frost adopta un rol terciario, siendo Mari McCabe quien se pone al frente del plan para recuperar Kravia y realmente quiero ver hacia dónde va eso. Divagues más o menos, hasta ahora las féminas del team no pierden oportunidad de acaparar “pantalla” y se agradece ya que son personajes que pueden llegar a conectar mucho con los lectores si se les da el espacio necesario.

Yendo al apartado artístico, ¡¿QUÉ CARAJO PASÓ?! Ivan Reis no se encargó de la entrega y el trabajo de Felipe Watanabe fue, en líneas generales, feo. No es nuestra intención despreciar el laburo de nadie pero algunas viñetas son simplemente horrendas y los rostros muchas veces no condicen con la situación que están viviendo los personajes. Un colaborador habitual de Reis, Scott Hanna, se hizo cargo de las tintas mas tristemente no puedo hacer mucho. Si me gustó el trabajo en los colores, fue el área que más destacó a lo largo de estas veinti-tantas páginas, no obstante el daño está hecho.

Hasta acá llegamos. No estamos ante un gran libro pero este número deja con ganas de leer el próximo y eso es todo un mérito, así que los animamos a sumarse a esta lectura. Sin mucho más que agregar, me despido. ¡Batisaludos!

Comentarios

Mariano Romero ha dicho que…
Tremenda decepción me llevé al ver que no dibujaba Ivan Reis. El asunto del Dr. Doom/Havok como gobernante legítimo del país como-se-llame es interesante, pero el resto de la trama es demasiado cliché y pretenciosa por momentos. Lo mejor de esta serie, hasta ahora, es la interacción entre los integrantes de la Liga. Pero me parece que si Orlando no se esfuerza un poco más con las tramas, y si Reis no dibuja al menos tres números seguidos, JLA va a terminar cancelada antes de tiempo.