Título: Batman/Shadow – Part 1.
Guión:
Scott Snyder & Steve Orlando.
Dibujos: Riley Rossmo.
Colores: Ivan Plascencia.
Letras: Clem Robbins.
Arte
De Tapa: Rossmo.
Un crossover que debería ser lectura obligada para todo amante de nuestro querido Murciélago ya que, como bien sabrán, una de las inspiraciones tras su creación fue nada más ni menos que The Shadow.
Dicho esto, vamos a lo nuestro.
Todo comienza en los Alpes franceses. Bruce Wayne llega hasta un remoto castillo
para encontrarse con uno de sus mentores, quizás el más importante, su maestro
detective Henri Ducard. El enigma al que se enfrenta es tan grande que Bruce necesita de la guía de Ducard.
Cae la noche en Ciudad Gótica y un empleado de
Asilo Arkham está haciendo su ronda. Se trata del encargado de llevarle la comida
a los internos, que curiosamente tiene una compasión extrema por ellos ya
que vemos cómo atiende a los más peligrosos, dándoles sus platos
favoritos y/o solicitados. Victor Freis
recalca que este señor lo trata siempre con respeto, algo que incluso a otros empleados del sanatorio mental les parece extraño.
Nuestro buen samaritano llega a su hogar, un humilde departamento donde podemos ver que lleva una sencilla vida. Luego de ser recibido por su pequeño perro salchicha, que tiene una aparatosa prótesis por algún problema motriz en sus patas
traseras, oímos un mensaje que le dejó Reese, que hasta donde sé es un nombre unisex, una persona que nuestro bonachón conoció hace poco y lo invita tímidamente para volver a verse. Todo
parece marchar muy bien para el buen hombre, sin embargo una misteriosa figura irrumpe de manera súbita por la ventana y lo asesina. “Soy una señal honesta” le responde
este ser a su víctima cuando le pregunta quién es.
Batman llega al lugar de los hechos,
donde Renée Montoya lidera la investigación. El Detective le pide que
lo deje a solas con el cadáver y Renée no parece muy cómoda que digamos con la idea mas termina cediéndole un tiempo, no sin antes preguntarle “¿eres
el comisionado ahora?”. Bats despliega un dispositivo holográfico para
investigar la escena y se comunica con la Batcave, haciendo énfasis en que este es el primer crimen ocurrido en el complejo departemental Smithsreet y preguntándose por qué Lamont Cranston, el nombre de la víctima, fue asesinado. De un momento a otro, el sistema informa sobre una toxina o un tipo de sustancia que está contaminando
el aire y es así que Batman logra esquivar el ataque de una figura misteriosa que intenta apuñalarlo con una daga, y vale preguntarse si será el mismo ente que mató a Cranston o uno distinto.
El Hombre Murciélago manda a volar a su atacante por la ventana de una patada y lo persigue en busca de respuestas. Ambos se trenzan en un combate feroz que deja aún más interrogantes ya que este lúgubre individuo le advierte que se metió en “un mundo más grande y oscuro del que imaginas”, no obstante parece elogiarlo cuando asegura que
“Patrick estaría orgulloso, Bruce”. Nuestro héroe le dice que no hay forma de que sepa acerca de “la carta” pero su adversario responde que “La Sombras sabe” y procede a esfumarse frente a sus ojos.
El Hombre Murciélago manda a volar a su atacante por la ventana de una patada y lo persigue en busca de respuestas. Ambos se trenzan en un combate feroz que deja aún más interrogantes ya que este lúgubre individuo le advierte que se metió en “un mundo más grande y oscuro del que imaginas”, no obstante parece elogiarlo cuando asegura que
“Patrick estaría orgulloso, Bruce”. Nuestro héroe le dice que no hay forma de que sepa acerca de “la carta” pero su adversario responde que “La Sombras sabe” y procede a esfumarse frente a sus ojos.
Ya en la Bati-Cueva, distintos análisis
revelan que la daga que Wayne logró quitarle a La Sombra es la misma que mató al pobre Cranston. Además el software de reconocimiento facial arroja que la identidad de esta
sombra es la de Lamont
Cranston, fallecido en 1963. Otra gran sorpresa es que este
individuo sabía sobre una carta de su abuelo Patrick, que sólo Bruce leyó y
quemó cuando tenía apenas 13 años. Continuando con los momentos “WTF?!”, y por si
no les alcanzó con que este tipo supiera la identidad de Batman, resulta que la daga tiene 50.000 años (!!!!)
Batsy sale a investigar a la vieja usanza,
a buscar el testimonio de quienes conocieron a Cranston, y me refiero al Lamont muerto desde hace
décadas que parece estar vivo y no al Lamont muerto muerto de hace unas pocas horas. Una de los tantos interrogados da a entender que el nombre Lamont Cranston
puede ser solamente un alias (“¿así es como lo llamas?”), mientras que otro dice que pudo
haber fingido su muerte. Batman visita entonces a una dama llamada Margo, que confirma
que La Sombra tiene varios alias, que combatieron juntos el crimen en los treinta y que la obsesión e ira por su lucha lo mantuvo joven. Otro dato a tener en cuenta es que, según Margo, no tuvieron contacto desde que Lamont le pidió a sus aliados que comenzaran a decirle “Amo”. Margo le advierte que se
olvide de todo esto pero, de no poder hacerlo, le da la dirección de una habitación
de hotel donde podría hallar algo.
Bruce, disfrazado como Matches Malone, llega al
edificio que Margo
señaló y es recibido por un botones que se dispone a llevarlo hasta la habitación 731. El sujeto en cuestión lo ataca, advirtiendo que “nadie debe acercarse al Santuario” y que sabía de su llegada pues “el Amo le avisó que vendría” algún día, pero lo más sorprendente es que este botones de hecho estaba tomando el lugar de su padre, que a su vez tomó de su abuelo. Aún así el señor Malone no tuvo dificultad para derrotarlo e incluso lo cancherea: “¿Qué había dicho el Amo?”.
Una vez adentro, Batman se topa con una foto de su abuelo Patrick
junto a Cranston y una leyenda en ella le llama la atención, “ningún mundo está más allá de nuestro alcance excepto del que huimos”, la misma frase que La Sombra enunció durante su primer encontronazo. Seguidamente Bruce descubre una entrada secreta en la habitación, donde encuentra muchas máscaras, armas, una colección de dagas prehistóricas como las que mataron al otro Cranston y además unas espadas de entrenamiento de madera hechas con jacarandá brasileño.
señaló y es recibido por un botones que se dispone a llevarlo hasta la habitación 731. El sujeto en cuestión lo ataca, advirtiendo que “nadie debe acercarse al Santuario” y que sabía de su llegada pues “el Amo le avisó que vendría” algún día, pero lo más sorprendente es que este botones de hecho estaba tomando el lugar de su padre, que a su vez tomó de su abuelo. Aún así el señor Malone no tuvo dificultad para derrotarlo e incluso lo cancherea: “¿Qué había dicho el Amo?”.
Una vez adentro, Batman se topa con una foto de su abuelo Patrick
junto a Cranston y una leyenda en ella le llama la atención, “ningún mundo está más allá de nuestro alcance excepto del que huimos”, la misma frase que La Sombra enunció durante su primer encontronazo. Seguidamente Bruce descubre una entrada secreta en la habitación, donde encuentra muchas máscaras, armas, una colección de dagas prehistóricas como las que mataron al otro Cranston y además unas espadas de entrenamiento de madera hechas con jacarandá brasileño.
Ahora volvemos a la reunión en los Alpes franceses.
Wayne repasa lo que descubrió durante su investigación, incluyendo un posible vínculo entre Ducard y Cranston. Por su parte, Henri recuerda a Bruce que con aquella rara espada
de entrenamiento que nombramos antes, la Strict Contestor, lo venció la primera
vez que se midieron, cuando el señor Wayne fue en busca de sus enseñanzas.
Bruce cree que Ducard entrenó a Cranston pero en realidad la cosa es más mucho peluda de lo que creíamos, ¡pues de repente vemos que Henri ES La
Sombra!
OPINIÓN.
Espectacular primer número.
Sin La Sombra no existiría Batman, o
por lo menos no habría sido lo que es hoy. Estamos hablando de una figura que, aunque viene de los pulps, influenció la creación del género de
super héroes. Se trata de un personaje que nació como narrador de
radio teatro en 1930, que evolucionó durante estas emisiones y que en
1931 se convirtió en un vigilante literario gracias a Walter B. Gibson. De hecho “Partners of Peril”, historia de La Sombra escrita por Theodore Tinsley, le sirvió de inspiración
a Bill Finger para escribir “The Case of The Chemical Syndicate”,
el debut del Caballero Oscuro en “Detective
Comics”
v1 #27 (1939).
v1 #27 (1939).
Recordemos que el prólogo de este crossover comenzó en las páginas de “Batman Annual” v3 #1, más precisamente en una breve historia llamada “Stag” (con el mismo equipo creativo de este libro salvo por Scott Snyder) donde vemos a
un fantasmagórico villano asesinando a un filántropo de unos cien años llamado Barry O'Neill. A juzgar por las solicits, sabemos que este tal Stag es el gran candidato para ser el antagonista de nuestros héroes. En más, la figura que mata a Lamont
se parece más a Stag que a La Sombra por un detalle en las mangas, cosa que tiene cierto sentido. Y si de curiosidades hablamos, Barry O'Neill es el nombre de un personaje previo al Murciélago, de 1935 para ser exactos, que tiene más de un paralelismo con Bruce Wayne: es un playboy millonario, experto en combate, lucha contra el crimen y tiene un ayudante llamado Legrand (Mirtha siempre presente (?)
se parece más a Stag que a La Sombra por un detalle en las mangas, cosa que tiene cierto sentido. Y si de curiosidades hablamos, Barry O'Neill es el nombre de un personaje previo al Murciélago, de 1935 para ser exactos, que tiene más de un paralelismo con Bruce Wayne: es un playboy millonario, experto en combate, lucha contra el crimen y tiene un ayudante llamado Legrand (Mirtha siempre presente (?)
Easter eggs sobre la mitología de La
Sombra hay de sobra (si me perdonan el juego de palabras): vemos a varios de los asociados que Lamont tuvo a lo largo de sus múltiples aventuras, como Margo
Lane, Henry Vincent (quien hace referencia a su intento de suicidio, algo que ocurrió en la primera historia de The Shadow), Clyde Burke, la tumba de Clifford
Marsland y la hija de Moe Shrevnitz, el chofer de Cranston. Me pregunto si el iracundo botones tendría algo que ver con otra identidad de La Sombra: Fritz, un conserje de una estación de policía que siempre está cerca de donde se cocina todo.
El edificio departamental Smithstreet es un guiño a Publicaciones Smith & Street, los encargados
de pedirle a Gibson que escribiera las historias de La Sombra.
En su versión literaria, la verdadera
identidad de La Sombra es Kent Allard, uno de los alias mencionados por Margo. Lamont Cranston era un individuo ajeno a su cruzada al cual Allard ocasionalmente le usurpa la identidad, convirtiéndose así en su nombre más conocido. Batman cree que La Sombra
está matando a su propia descendencia y hay cierta posibilidad de que Cranston asesinado en la actualidad sea
pariente del Cranston original ya que, como dijo Vincent, ese alias era otra identidad falsa (por si vale el dato, en algún punto del radio teatro queda establecido que Lamont Cranston era su único nombre). Más allá de saber que ambos eran muy buenas personas, nos queda saber qué
conexión real hay entre las muertes de O'Neil y Cranston. ¿Será posible que O'Neill sea ooootra identidad de La Sombra?
Entre tanto también habrá que ver por qué motivo La Sombra quiso matar a Batman en el departamento y después, en plena batalla y con sus pistolas en mano, desapareció.
“La Sombra sabe” es un latiguillo que nació en la radio.
Parece que “Bat-Ops” es el nombre de una especie de inteligencia artificial de la Bati-Computadora ya que nunca
vimos a Alfred en esta entrega. Puede que esto quede un poco descolgado pero, si me preguntan a mí, el nombre clave Bat-1 para Batman mucho sentido no tiene.
En cuanto al archivo fílmico de 1931, evidentemente se refiere al debut de La Sombra en pulp. El archivo 1994 parece aludir al año en que se estrenó la película “The Shadow”, protagonizada por Alec Baldwin. Item 599, nombre asociado a la espada de madera, podría ser un guiño a “Blind Justice”, historia que comienza en “Detective Comics” v1 #599 de la mano de Sam Hamm, guionista de las cintas de Batman de Tim Burton, para conmemorar el 50º aniversario del Murciélago. En ese relato, ilustrado por Denys Cowan, aparece por primera vez Henri Ducard.
El tema de Ducard me hace dudar sobre si esta historia se da o no en continuidad, algo que ya discutimos hace tiempo, porque de ser así estaríamos viendo a
Scott Snyder meter mano en el origen de Batsy una vez más y quedaría estipulado oficialmente que fue la misma Sombra quien lo entrenó. Siendo que
Batman fue inspirado en gran parte por el personaje en cuestión, en lo personal
me parece un giro espectacular, aunque todo es relativo. Uno de los alias que tuvo La Sombra fue Henry Arnaud, dicho sea de paso.
El estilo detectivesco del relato es formidable y se luce notablemente en relación a otras publicaciones actuales donde la cosa gira en torno a la destrucción inminente de Gótica o del
planeta y todo se resuelve a base de acción, que nunca está de más pero siempre en dosis justas. Sin embargo aquí tenemos un misterio de enormes proporciones que al parecer hará justicia a la génesis de ambos personajes, y la verdad que se agradece.
Creo que el trabajo de Rossmo es muy
bueno, incluso podría decirse que es lo mejor que hizo con el personaje. Sigue sin ser santo de mi
devoción y creo que le haría bien a la estética de la historia tener un entintador
que le de un poco más de cuerpo a los dibujos, como pasó en los flashbacks de “Batman” v2 #52 (2016), que fueron entintados por Brian Level y se veían mejor que
los segmentos a cargo de Riley. Lógicamente hubiera
sido preferible tener a un artista como Eduardo Risso en esta aventura mas, a fin de cuentas, Rossmo hizo lo suyo y cumplió con creces.
Hasta acá llegamos, ¡ahora es su turno de opinar!
Comentarios
http://www.elblogdebatman.com/2017/01/socios-del-peligro-scott-snyder-y-steve.html
El trabajo de Rossmo me pareció aceptable sin más. La verdad que me hubiera gustado otro dibujante.
Gracias por la reseña!.