Título: The Brave and The Mold.
Guión: Tom King.
Arte & Arte de tapa: Mitch Gerads.
Letras: Clayton
Cowles.
Finalmente llegó el
crossover entre El Hombre Murciélago y La Cosa del Pantano. Bah, el crossover llegó hace rato, lo que finalmente
pasó es que nos dignamos a publicar la reseña.
pasó es que nos dignamos a publicar la reseña.
Un hombre bastante desaliñado y entrado en años canta, o más bien parece que recitara una canción, momentos antes de ser asesinado de dos disparos simultáneos a la cabeza. Ya
en la escena, Batman y Jim
Gordon investigan el crimen y se sorprenden al llegar a la conclusión de que el asesino entró por la ventana del departamento... en un piso 84. Para peor, el fallecido era todo un solitario, por lo tanto es muy difícil establecer el móvil y un potencial victimario. Entre tanto, un pequeño paquete en una mesa cercana empieza a romperse y de éste sale paulatinamente Swamp Thing. Ante la sorpresa del buen Jimbo, Swampy les revela que el fallecido, Lloyd McGuinn, era su padre.
Gordon investigan el crimen y se sorprenden al llegar a la conclusión de que el asesino entró por la ventana del departamento... en un piso 84. Para peor, el fallecido era todo un solitario, por lo tanto es muy difícil establecer el móvil y un potencial victimario. Entre tanto, un pequeño paquete en una mesa cercana empieza a romperse y de éste sale paulatinamente Swamp Thing. Ante la sorpresa del buen Jimbo, Swampy les revela que el fallecido, Lloyd McGuinn, era su padre.
Ahora en la Mansión
Wayne, Alec Holland relata que
su progenitor lo abandonó cuando tenía 5 años y luego tomó el apellido “Holland”
de su padrastro. Cuenta también que se vieron una sola vez, después de que Alec se volvió uno con El Verde, y que se escribían de tanto en tanto. Si bien no se lo nota acongojado, Swampy enfatiza en que no sabe por qué está en Gótica mas quiere averiguarlo. Mientras tanto, Alfred intenta limpiar cada mancha y rastro que este ser sobrenatural fue dejando a su paso.
de su padrastro. Cuenta también que se vieron una sola vez, después de que Alec se volvió uno con El Verde, y que se escribían de tanto en tanto. Si bien no se lo nota acongojado, Swampy enfatiza en que no sabe por qué está en Gótica mas quiere averiguarlo. Mientras tanto, Alfred intenta limpiar cada mancha y rastro que este ser sobrenatural fue dejando a su paso.
Después de un interrogatorio digno del Maldito Batman de Miller, el pobre Kite Man, uno de los pocos villanos que tiene los medios para alcanzar un piso 84 con facilidad, confiesa haber vendidó uno de sus barriletes (o cometas como les dicen en otros
lares donde no se habla católico argentino) a una casa de empeño. El dueño de dicha casa de empeño
[versito inintencional] informa que un traficante de armas le compró el barrilete, Nat The Gnat [versito intencional de Tom King]. Nat asegura que sólo se limita a vender sus cosillas, él jamás habla y esta vez no será la excepción. Asimismo Batman nota que Nat tiene como colgante un diente de
caimán blanco, detalle que evita que le partan la jeta al
dealer lo lleva a descifrar quién podría estar detrás del asesinato.
Headhunter es un mercenario conocido por adornarse con los dientes de
caimán blanco y es un hueso duro de roer, aunque Swamp Thing sabe que está en el Museo de Arte de Gotham. ¿Cómo lo sabe? Fácil, porque el pasto se lo contó *guiño* Batman y Holland encuentran al asesino
observando “Snow Storm”, un cuadro del pintor británico J. M. W. Turner que curiosamente en muchas de sus obras exploraba la relación del hombre con las fuerzas impredecibles de la naturaleza. Al ser interrogado sobre McGuinn, Headhunter simplemente
admite que lo mató por pedante y soberbio después de oírlo
cantar en un bar, ya que este viejo borracho que cree saber mucho sobre la vida afirma que su hijo es Swamp Thing y alardea de cómo sabe las respuestas
que otros no. Entonces Headhunter lo encontró y lo ejecutó sin más, aunque admite
que la canción estaba muy buena. Acto seguido, y mientras entona la misma canción
que oímos cantar a Lloyd antes de morir, Swampy asesina a Headhunter
apretujándolo y metiéndole sus plantas por cada orificio ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Swampy revela entonces que su padre le cantaba aquella canción de pequeño, en especial cuando estaba asustado. Batman está furioso ya que Holland se aprovechó de él y lo usó, convirtiéndolo técnicamente en cómplice de un homicidio. Alec ya no tiene razón para
estar en Gotham, así que se desvanece y desaparece mientras Bruce lo acusa de ser un cobarde.
LO QUE DEJÓ ESTE NÚMERO.
Debo decir que valió
la pena la espera. Como ya explicamos sesenta millones de veces, esta historia iba a darse originalmente en el #15 pero King decidió ampliar la historia con
Catwoman (ahora sabemos el porqué), así que “Rooftops” abarcó el #14 y #15. Se suponía que Stephanie Hans iba a
dibujar el #14 y Mitch Gerads el #15 pero al final Gerdas se encargó de ambas entregas y Hans proveyó
las tapas. Es así como finalmente llegamos hasta esta entrega autoconclusiva (que en verdad podría tener una continuación tranquilamente pero dudo que así sea), con
un espíritu detectivesco/noir, que fue la idea desde un principio.
Es
imposible para quienes hayan seguido el fantástico “The Sheriff of Babylon” que
King y Gerads publican mediante el sello de Vertigo, no recordar tal libro. No lo digo solamente por el arte,
claro, sino por la progresión y el estilo de esa serie a comparación de este
número. En lo personal no sentí lo mismo con “Rooftops”.
El
humor que King tan bien imprime en Pennyworth no sólo estuvo presente en las
brillantes viñetas donde el inglés limpia los desechos de
Swamp Thing incansablemente, también podemos apreciarlo en la reacción del Comisionado y sobre todo en esa genial secuencia donde el monstruo
le pregunta al Detective porque necesita un
auto y éste último responde “No sé. ¿Tú para que necesitas un cuerpo?”, y
ambos ríen. Adoré.
La
canción que tanto Lloyd como Alec cantan y/o recitan a lo largo de esta aventura es “My Wild Irish Rose”,
de Chauncey Olcott, un actor, autor y cantante estadounidense de ascendencia irlandesa.
La canción data de finales del Siglo XIX y de hecho en 1947 Warner hizo una película homónima sobre la vida del tenor.
Básicamente
Swamp Thing busca la ayuda de Batman para encontrar al asesino de su padre y
luego ultimarlo, con nuestro héroe quedando como su cómplice. No hay
demasiadas vueltas en eso. Es curioso que padre e hijo se comunicaban por carta
y finalmente Holland decidió enviarse a sí mismo como un paquete, ¡aunque lo más curioso es que no haya reaccionado para salvar a su padre!
Headhunter es otro
personaje clase B traído a los tiempos actuales. Creado en los '90 por Doug Moench y Jim Aparo, debutó como un sicario contratado para matar a Jim
Gordon. En este número Jimbo comenta que con un solo balazo hubiera
bastado para matar a Lloyd, por ende no entiende la necesidad de disparar dos veces. Pues bien, resulta que Headhunter acostumbra siempre a realizar un segundo disparo contra sus víctimas por mera diversión. Por otra parte, y por más infantil que suene, cabe destacar que su
motivo para asesinar a McGuinn es la molestia que le genera que un anciano presumido le quiera
“dar lecciones de vida” a alguien que se ha enfrentado contra superhéroes y vivió para contarlo. Que inclusive se haya tomado la molestia de conseguir
uno de los juguetes de Kite Man para alcanzar el piso de Lloyd lo dice todo.
Kite
Man sigue siendo fetiche de King y es casi el segundo personaje que más ha
sufrido golpes y sustos durante su run, superado sólo por Bane y el mismo Batsy.
¿Vale
la pena destacar que en su momento hubo otro Headhunter (creado por Geoff Johns y Scott
Eaton), un shaman sudamericano con armas de Nth Metal? ¡Santos Easter eggs rebuscadísimos de
“Metal”, Batman!
“Metal”, Batman!
Tom había dicho hace un tiempo que este número estaría relacionado con lo sucedido en “The Button” y que tendría algo que ver con el poder del dichoso Smiley. O nos engañó o hubo un
cambio (más) de planes. En todo caso me parece interesante que Batman pregunte a
Swamp Thing si sus “padres volverán a la vida” antes que éste huya, refiriéndose a una charla previa donde hablan de la vida y la muerte en relación a la naturaleza. ¿Tendrá
eso algún vínculo con su reciente encuentro con Thomas en el mentado crossover?
Artísticamente esta entrega me fascinó, en especial la escena del asesinato de Headhunter. King y Gerads son una dupla en la que DC deposita tanta confianza
que hasta le dieron a elegir un personaje para hacer una serie limitada, ergo, el
futuro cómic de Mr. Miracle. El libro estuvo dividido indistintamente en
capítulos, 8 en total, con medio cómic con la estructura de 9 viñetas por
página. Gerads dijo que quería homenajear a Dave Gibbons y Bernie Wrightson.
Quizás la disposición icónica de 9 viñetas sea por "Watchmen" ya que este número
viene justo después del crossover watchmeniano, por lo tanto tiene sentido que haya un cierto homenaje a Alan Moore,
que tanto hizo por La Cosa del Pantano en su época. Wrightson y Len Wein, los co-creadores de Swampy, son
homenajeados mediante el edificio donde vivía McGuinn, llamado Torre Weinwrightson.
Además al pie de la primera página se lee “Para Bernie”.
Hablando
de homenajes o referencias, Frank Miller siempre presente en la era King. Los
datos sobre la vida de Lloyd, según repasa Jimbo, fueron provistos por un tal Super. La descripción nos hace pensar en el vagabundo/mendigo que nombra el grupo SWAT en “Batman: Year One” en la legendaria escena del edificio abandonado.
Bueno, gente, se terminó lo que se daba. Si tienen algo para decir pueden hacerlo libremente en la caja de comentarios. ¡Batisaludos!
Comentarios