Hubo muchos eventos relevantes en la industria de un tiempo a esta parte y no es normal que a
hitos de esta dimensión se los aplace para cubrirlos en el Blog. Voy a aceptar parte de la culpa dado que últimamente no estoy siendo muy consistente con mis escrituras, pero tampoco voy a asumir toda la responsabilidad porque en este ínterin tuve que reseñar
La Mujer Maravilla,
la nueva hiper-producción de Warner Brothers,
que a escala global
definitivamente es más importante. Sin embargo hay una tercera razón, y expresarla a esta altura tan temprana del post sería casi spoilear cuáles fueron las opiniones generales que sacamos tras esta lectura,
¿pero qué más da? Como ya saben
The Button fue el primer arco que
comenzó a abordar de manera oficial las incidencias que el
Universo de Watchmen está teniendo en el de
DC y su conclusión, sobre la cual pasaremos a disertar, está plagada de altibajos a nivel argumental, haciendo de éste
un producto irregular, tirando por la borda lo que sólidamente venían construyendo las partes anteriores. Sin embargo, y pese a no ser ninguna joya literaria, esta lectura será estrictamente necesaria para cualquier interesado en estar al pie del cañón con la continuidad actual y futura de la editorial, y justamente esa ambivalencia es la que pasaremos a discernir... Pese a que seguro ya están al tanto de todo.
*La advertencia de spoilers más innecesaria de la historia*
Ignoren la ironía intrínseca de lo que voy a decir ahora, aunque me sorprende lo predecible que resultó todo. No voy a actuar como si los componentes previos de esta historia fuera la máxima expresión de la perfección artística hecha relato porque no lo son. De hecho, si uno intenta razonar sobre lo que leía, los sucesos empiezan a hacer agua por todos lados. Pero tampoco dejaban su interés a merced de giros impactantes u homenajes e easter eggs, que los había por todos lados pero hacían valer su mérito por las formas idóneas de abordarlos, por la exactitud de los caminos escogidos para llegar a determinado fin. Concretar un
encuentro entre Batman padre y Batman hijo que deje
satisfechos a los lectores, que estuvieron esperando esa ocurrencia durante AÑOS, no es algo que a priori se pueda hacer con efectividad, se necesita de talento y mucho overol. Y ese es sólo un ejemplo,
The Button mantuvo su vara de calidad alta hasta esta este punto, hasta su clímax, el cual está altamente dosificado de todo lo que nos venía maravillando hasta esta instancia.

¿Guiños que sólo los más conocedores y asertivos puedan dilucidar? Prácticamente ninguno, no son clave ni esenciales pero sin dudas eran pequeños aditivos que terminan de darle forma al todo. ¿Giros en el argumento? Nada de interés, cual pasillo todo se desemboca según el transcurso lógico de los eventos, que son simples de prever. ¿Algo de relevancia? Esta respuesta es tal vez lo más dañino para el conjunto, porque la trama es un vaivén, se hace y deshace constantemente y es frustante porque cuando uno cree que un elemento argumental que se está desarrollando tiene potencial de convertirse en algo realmente trascendental, nos hacen retroceder de modo abrupto al punto cero, cuestión que va en detrimento del ritmo narrativo y nos lleva a la redundancia.
Hace tiempo que no encaro una disección con
un desasociego tan marcado, esas eran mis características de antaño, pero
los editores de DC se las apañan para que el fuego reviva. No hay espacio para la tolerancia ante tamaña provocación. Tienen que
dejar de vendernos humo con los eventos. Desde
The New 52! los eventos son como una bolsa de
Lays, hay algunos aperitivos pero el paquete está rellenado mayoritariamente con aire. En
Rebirth con las series regulares están operando muy aplicada y competentemente en
términos generales, mas
Night of the Monster Men fue lisa y llanamente un desastre, ¿y el crossover que nos reúne aquí cómo definirlo? Me parece pertinente que para tratar las implicaciones de la obra magna de
Alan Moore en el canon se tomen su tiempo, algo de esta magnitud mínimamente se merece eso, pero si anuncias con bombos y platillos la piedra angular de esta correlación uno
espera que al menos sea revelador, obtener un poco más que la abstracta amargura generada por el sabor a nada. Da pena e impotencia ver que una nutrida premisa con una ejecución óptima se va en debacle por un clímax brumoso.
Normalmente estas conclusiones las voy enumerando una vez descrito y analizado el argumento. Para angustia de su servidor hay poco sobre lo cual pueda desglosarme, por lo tanto no perturbaba la arquitectura del artículo saltarse esa norma. Retomando el cierre a
Batman #22, el
Caballero Oscuro y el Velocista Escarlata escapan de la realidad alterna bautizada como
Flashpoint gracias a la cinta que utilizaron para llegar allí. En su viaje de vuelta se topan con
Reverse Flash, en el preciso instante que precedió a su
encontronazo con "Dios" a.k.a.
el responsable de todos los agujeros temporales que devinieron en todos los sucesos que acaparan actualmente las publicaciones de
DC. Como sabemos, esa contienda
resulta en el deceso del rival eterno de
Barry Allen. En medio de aquella maraña de eventos desafortunados
aparece como salvador Jay Garrick, que yacía cautivo en ese limbo consciente que lo mantiene fuera de continuidad como al
Wally West pre-"Flashpoint". Asimismo, a diferencia de
Kid Flash,
su retorno no se concreta y sólo tiene el propósito de devolver a los protagonista a la
Batcave para luego desaparecer. Sí,
tan insustancial como suena.

Semanas atrás
dedujimos que este inesperado e improbable viaje al "
terreno Flashpoint" estaba orquestado por este
Dios maquiavélico (cuyo nombre no mencionaremos de momento por simple formalidad) para doblegar la convicción de
Batman quien, ante el petitorio de su padre,
desistiría a su interminable cruzada contra la injusticia en Gotham. Y al parecer esas mismas serán las consecuencias que tendrá todo esto en la vida del
Hombre Murciélago. Por último nos ofrecen un vistazo a la mano azul del dichoso Dios y una cita a
Watchmen. La misma
mano azul que se asomaba en
la portada del aclamado one-shot DC Universe: Rebirth #1 y el mismo recurso de citar una frase de la susodicha obra utilizado en el cómic antedicho. En resumen, los mismos
guiños de siempre a
Manhattan pero que
inevitablemente hacen palpitar un poco más rápido a nuestro susceptible corazón nerd.
Sería de necios negar que con el epílogo las cosas repuntan un poco y le dan algunos puntitos plus a la valoración del cómic en cuestión. En una muy curiosa, ingeniosa y creativa secuencia, bajo la composición de viñetas estoica de Watchmen, vemos como el Smiley se forma y distorsiona hasta convertirse en la S que el kryptoniano Kal-El porta en su pecho. No sólo destaco este momento puntual de la lectura por el maravilloso homenaje que le hace a Watchmen sino lo que este tan sutilmente puede indicar. Los colores primarios que componen el diseño del Hombre de Acero se corresponden con el Smiley y el color predominante del Doctor Manhattan, lo que simbólicamente los está uniendo como los polos opuestos que son. Recordemos además que dentro de sus respectivos universos estos dos figuras son equivalentes, conceptualmente disonantes, pero ocupan exactamente el mismo rol.
Para más inri, es una reminiscencia a
The Dark Knight Returns, más puntualmente a esa memorable escena donde la bandera de Estados Unidos se convertía paulatinamente en la inconfundible capa del vigía de
Metropolis, lo que puede llegar a insinuar que de alguna manera
esta realidad alternativa también condicionará a la Tierra Prima en un futuro. Entrando en el terreno de la metaficcional, esto tiene mucho sentido
si lo que se busca es el resurgimiento de la luz, el optimismo y la esperanza, ya que aquella obra de
Frank Miller junto a
Watchmen fueron las que
en 1986 marcaron esa ruptura oscura y lúgubre que sumieron a la industria comiquera en un profundo pozo nihilista del que recién ahora está encontrando retorno. Por lo tanto, considerando estas
equivalencias de gamas y matices, ya
veremos qué nos depara el futuro, cuando el anunciado
Doomsday Clock tenga tiempo y lugar.
Puntaje: 5 de 10.
¿Y ustedes terminaron satisfechos con su paso por
The Button? ¿Algo que les parezca
oportuno y prudente acotar? Ya saben que pueden verse libre de hacerlo en los comentarios de este post. Aprovecharé para agradecerles muchísimo el apoyo dado en
la reseña de Wonder Woman, ha tenido
un recibimiento sobresaliente. Por mi parte les prometo tratar de volver a mi
antigua constancia en el sitio... O al menos volver a redactar algo antes de la
llegada del año entrante. ¡
Jokersaludos!
3 Batcomentario/s:
Estimado Joker Anónimo:
La excelencia de su escritura y la agudeza de sus ideas, le permiten tomarse todo el tiempo que usted quiera.
Nosotros estaremos esperando, sabedores de que disfrutaremos de un banquete de reseña.
Dio la impresión de prometer mas de lo que dio, pero bueno, la idea es muuuy interesante... Y un enfrentamiento entre el azul y Superman sería demasiado genial.... Se dará? Saludos 🙋
Yo creo que más que evento, esto fue un teaser extra-large de futuras tramas del UDC y de Batman. Pero creo que para ser una historia llamada "The Button", no se enfocó demasiado en el dichoso prendedor. Nunca me quedó claro qué es ni para qué sirve, así que solo puedo hacer conjeturas al respecto. El único verdadero avance en la trama de Rebirth, fue que el "smiley" pasó de estar en manos de Batman, a estar en manos del Doc M, lo cual, para ser un crossover de CUATRO NÚMEROS, me pareció muy poco. Aún así, me quedó la sensación de que el encuentro entre los "Batmen" fue más relevante para Rebirth de lo que parece, pero también es una conjetura mía.
En cuanto al arte, Fabok se lució y Porter hizo un trabajo aceptable, pero yo hubiera preferido dos dibujantes con estilos más similares para darle homogeneidad al relato, como en "Superman Reborn", por ejemplo.
En fin, no fue un crossover al divino botón (ba-dum-tsss!!!), porque me pareció entretenido, tuvo algunos momentos memorables y alguna cosa relevante para la gran trama de DC. Pero igualmente quedé bastante insatisfecho, especialmente con lo relacionado a Jay Garrick.
Excelente reseña, JokerAnónimo. Saludos!.
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