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Sí, ya sé: se ven raros... ¡Pero es Naigüín! ¡Y Kid Flash! |
Reseña a Regañadientes
Título: “Nightwing” #21 - “Split Second”.
Escritor: Michael McMillian.
Artista: Christian Duce.
Colorista: Chris Sotomayor.
Rotulado: Carlos M. Mangual.
Portada: Brad Walker, Drew Nennesy y Chris
Sotomayor.
Portada variante: Casey Jones y Hi-Fi.
Sí, sí.
Acaba de aparecer
“Nightwing” #22 y recién estoy
abordando aquel despropósito que fue el número anterior.
¿Leyeron el “Nightwing” #21?
¿Lo disfrutaron?
¿Se durmieron?
Yo, en lo
personal, no había avanzado la mitad de éste y ya quería tirarlo al basurero
del computador.
Tras todo lo
cojonudamente bueno hecho por Seeley
y Fernández en el arco “Naigüín mass dái!”, de zuácate nos cae
encima este dichoso #21, escrito de
la forma más soporífera por Michael McMillan, AUNQUE exquisitamente
dibujado por Christian Duce.
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Dick y Wally salen de juerga. Interesaaaaante... |
Sí, resaltemos
eso: Duce se luce. Tiene muy claro
cómo abordar la viñeta de un cómic de superhéroe. Sabe darle la dinámica, la
pose, la acción. Y ése gustillo aquel a historieta setentera de la Edad de Bronce que tanto nos gusta a
quienes nos criamos leyendo monitos en esa década gloriosa de dictaduras
fascistas y noticieros controlados.
Duce no es ningún novato en estas artes: hemos tenido oportunidad de verlo
repetidamente no sólo dentro del universo de Batman, sino que en diversos números de DC: de hecho, la semana pasada figuró en la cabecera del genial “Wonder Woman: Steve Trevor” #1 —junto con el escritor regular de “Nightwing” que nos abandonó por esa
fatídica semana… más bien, hace tres semanas—.
¿Hay algo rescatable
de este número?
Aparte de la paga
por escribir esta reseña-a-regañadientes, tal vez haya dos cosas por destacar…
o, más bien, dos páginas: la primera y la última.
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No se entusiasmen: tras la primera página, todo se viene abajo. |
La primera,
porque cuando comenzamos a leer este número, nos encontramos con una profunda
reflexión sobre la verdadera identidad de Naigüín,
signado por la tragedia familiar, por la tutela de Batman y, principalmente, por la amistad con Superman. Sí, esta primera página prometía mucho… hasta que pasamos
a la siguiente…
Y la última,
porque nos anuncia qué se viene en los próximos números de nuestro querido Culo Azul —bien, bien… desde este número… Ya sé que me atrasé bastante,
no sean hirientes…—: Tiger Shark y, por supuesto, Blockbuster.
Dentro de todo lo
que ha significado “Rebirth” en los
números individuales de cada personaje, estas dos páginas engloban mucho de lo
que DC ha elaborado para rescatar
todo el legado perdido; pero el resto del #21…
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Lo más rescatable: el anuncio de lo que viene. |
El resto es un burdo relleno protagonizado por Dick y Wally —el escritor quiere que encontremos gracioso eso— de parranda por Blüdhaven y encontrándose con un nuevo enemigo, capaz de detener el discurrir del tiempo en ciertas zonas para perpetrar robos menores.
¿Y fuera de esto?
Nah… Unos cuantos chistes, más
relleno, un culo por ahí… y eso es todo.
Lo dijimos: sólo
olvidable relleno.
Reconozcámoslo:
la quincenalidad de los títulos ha jugado varias veces en contra. Los plazos
son ajustados y ha obligado a más de un número a tener estos momentos de absoluta
nimiedad, sólo por llenar el cupo de publicación.
De hecho,
conversando con Javier Fernández, el dibujante oficial de Naigüín, nos contó que es precisamente esa la razón de que no siempre él o Seeley figuren en los titulares de Ala Nocturna.
A veces, casi ni
se nota. Otras, el resultado es aberrante… como “Nightwing” #21.
Debería haberse llamado “Pérdida de toda una tarde” —lo que me costó terminarlo—.
Nightwing #21: -5/10
Por suerte, un
hojeo al #22 ya augura que el nivel sube, aunque debamos
echar en falta a Fernández.
Naigüín parece hacer honor a sus piruetas por los tejados de Blüdhaven: a veces sube… a veces baja… otras veces, sólo relleno.
Mmm… me pregunto
si esta misma reseña-a-regañadientes no es más que un largo relleno para cobrar
a fines de mes…
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