Unanswerable answers
Título: “Intelligence”, parte
2 - “Trascendence”.
Escritor: James Tynion IV.
Lápices: Álvaro Martínez.
Tintas: Raúl Fernández.
Colores: Brad Anderson.
Rotulado: Sal Cipriano.
Portada: Yasmine Putri.
Portada alternativa: Rafael Albuquerque.
Desde que comenzó “Rebirth”, el Bativerso se ha visto
amenazado por la ominosa sentencia de “una guerra se avecina”. Lo que ha sido
un gran aliciente para seguir leyendo todos los títulos vinculados a nuestro
héroe, en especial “Detective Comics”
que, a decir verdad, ha sido una sucesión de guerras de menor o mayor grado,
pasando de los Batmen a la League of Assasins —sin olvidar
a los Monster Men y al Victim Syndicate— y desembocando en la actual Guerra Santa de Ascalon.
Guerras que, a diferencia de las reales, cumplen un
importante y necesario objetivo: hacer crecer a los personajes involucrados al
título de marras.
Dijimos en
nuestra reseña anterior que este arco ubica su centro en Azrael y estamos ansiosos por saber qué será de él al acabar la
historia y de qué modo, ese Jean-Paul
Valley será una perfecta recreación del personaje que conocimos en la
antesala al evento “Knightfall” de los
'90.
Porque,
recuerden, DC está pasando por un
importante momento de la mano de “Rebirth” —comandado por Johns— y el objetivo
final, señalado desde un comienzo, es recobrar la esencia de los personajes
perdida por la mano de Didio y Lee hace media década casi.
Pero Tynion IV —que ya supera con creces a su mentor— no piensa en un solo personaje
a la hora de plantear un arco. “Detective
Comics” es la historia de un equipo y todos los miembros de éste, de una u
otra manera, se ven afectados por el evento principal.
Por ello, este
número abre con un necesario flashback
en que vemos a un aprendiz Bruce Wayne y a una joven Zatanna cimentando una relación que,
ahora lo sabemos, era imprescindible para seguir levantando el tinglado de “Rebirth”. Ambos compartieron más de una
historia en el pasado, pero en el reboot
se perdió y de la magnífica hija de Zatara
sólo supimos de su participación en la Justice
League Dark y un poco más.
Ahora comienza a
enmendarse el estropicio mediante un diálogo que no encontrará su resolución
sino hasta años después, con ambos ya maduros y duchos en la guerra
interminable contra el mal. Una conversación que tiene que ver con la carrera
misma de Batman como paladín contra
el crimen y la horrible sensación de que nunca es suficiente; y que, como
podemos coludir de las palabras de Zatanna,
tiene que ver con la misma pregunta que todos nos hacemos en busca de
respuestas que no se pueden responder.
¿Y cómo
relacionamos esto con la aparición de Ascalon
y su búsqueda de retribución divina?
Para Wayne, para Batman, Gotham es un ser
viviente, un ser con inteligencia y
para preservar la buena salud de este organismo, es necesario extirpar la
enfermedad.
Pero, en esta
línea de razonamiento, ¿no es Ascalon
entonces una vacuna en contra de un virus? ¿O es el virus mismo?
“Detective Comics” #959 no es, empero, un número de disquisiciones
metafísicas; es un gran número de acción, dibujado maravillosamente en una
serie de splash pages por la habilidosa mano de Martínez —probando, de paso, que los nombres latinos en DC llevan la delantera en calidad
gráfica—.
Ese flashback introductorio rápidamente nos
lleva a la zona cero: el casino de Penguin
semiderruido por la aparición de este vengador en busca de un monje apóstata.
Aunque
momentáneamente detenido por las artes de Zatanna
—nunca mejor dibujada y sólo abriendo nuestro apetito para su eventual
aparición en alguna próxima película de la Liga de la Justicia Oscura—, Ascalon es un ángel exterminador que no puede ser contenido por
mucho tiempo, ni menos por la mano de una persona o dos.
Hora, por lo
tanto, de hacer ingresar la caballería: el equipo a full de “Detective Comics”. Ocasión no sólo
para un derroche de viñetas del más fino corte súper heroico, sino para el
encuentro entre Azrael y este
némesis de tintes bíblicos.
Recordemos que en
esta continuidad Azrael y su traje
son más bien el fruto de la tecnología y un programa computacional, que de un
secreto sagrado de una Orden
mística.
Ascalon, entonces, no es más que un arma de tecnología más avanzada. Un “Azrael” que prescinde de un cuerpo
humano para centrarse en un ente virtual sin la moral humana que pueda
cuestionar su apostolado.
Y quizá es aquí
donde, por fin, comenzamos a entender a este nuevo Jean-Paul Valley: en su conciencia, en su
humanidad.
Así como el
original logró superar ese adoctrinamiento religioso que lo convertía en un
asesino gracias a la conciencia inherente a todos los seres pensantes, este Azrael ha logrado superar la
programación binaria gracias a su corazón, usando con temple humano la
inteligencia que nos atribuimos.
Sin embargo,
estos son temas inherentes a los acontecimientos que presenciamos.
En las imágenes
sólo podemos advertir la superioridad de Ascalon
que sólo ceja porque no comprende del todo qué ha ocurrido ahí: para su cerebro
electrónico, Azrael es su símil y,
no obstante, sus acciones contradicen el adoctrinamiento… o la programación.
Se retira,
perturbado por hondas cavilaciones que no tienen respuesta entre sus chips de
memoria: en un mundo binario de 1 y 0, no tiene cabida una zona intermedia.
¿Qué pasará
ahora?
Ascalon ha desaparecido. Azrael yace dañado
y, aterrado por lo visto, se ha retirado a meditar.
Mientras Tynion nos lleva a otros escenarios
donde encontramos a la Dra. October —que ya conocimos en “Detective Comics” #948, en el arco “Batwoman Begins”— atendiendo al también maltrecho Nomoz, y a Batwing y Batwoman buscando las pistas que
revelen qué hay detrás de la tecnología de Ascalon
—¡con un sorpresivo cameo de Rookie!—. El desenlace del capítulo
vuelve a Wayne y Zatanna en una azotea, en el presente,
aún intentando encontrar las respuestas
que no se pueden responder.
Respuestas que
tienen que ver directamente con lo que ocurrió con Red Robin en una de las
guerras peleadas por el equipo de “Detective
Comics”, una de las guerras en espera de “la guerra que se avecina”.
Ya comentamos en
su momento sobre el desenlace modificado del número #956 por DC tras la
postergación de la última parte de “The Button”, final que hablaba sobre la
revelación del destino de Drake.
Ahora podemos ver
tal información puesta al día, lo que, como suele ser la costumbre de Tynion IV, es un indicio de lo que vendrá a futuro en el título: la
búsqueda de Red Robin.
Cierra el número
con Jean-Paul Valley, como
advertimos unas líneas atrás, concentrado, buscando sus propias respuestas
hasta que es vuelto a sorprender por la peor de las imágenes: el monstruo que
todos llevamos dentro.
Gran manera de
terminar una nueva parte de este arco que está por constituirse en el mejor de “Detective Comics” y posiblemente
ganándole la partida a “The War of Jokes and Riddles” y “Blockbuster”, los arcos actuales en los otros dos títulos principales del Bativerso.
¿Qué les parece a
ustedes todo lo que está ocurriendo en “Detective
Comics”?
Esperamos sus
comentarios.
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