Reseña: “Nightwing” #26 - “Spyral”, primera parte

Buena presa se agarró Cazadora.
Cazadora

Título: “Spyral”, parte uno.
Escritor: Tim Seeley.
Artista: Javier Fernández.
Colorista: Chris Sotomayor.
Rotulado: Carlos M. Mangual.
Portada: Fernández y Sotomayor.
Portada alternativa: Casey Jones y Hi-Fi.

¡Sí! ¡Sí!
Huntress ha vuelto a la vida de Grayson. ¿No esperábamos eso desde que nuestro galán dejó Spyral y dejó la cena a medio cocinar con la morenaza esa?
Pero antes de entrar en lo suculentozo, hagamos la tarea: Hablemos un poco de Huntress.
Esta que tenemos hoy en día deambulando por Batgirl and the Birds of Prey, no es la primera Cazadora que ha conocido el Bativerso. No, ni siquiera desde el reboot del 2011.
Huntress hubo desde los albores de DC Comics.
Ya en la Edad de Oro, nos encontramos con la primerísima en portar el nombre.
Se trató de Paula Brooks y era del equipo de los villanos. Tuvo sus escarceos con Wildcat y acabó convertida en Tigress.

"Nightwing", a punto de ser una publicación R-rated.

Tras ella, y en plena Edad de Plata, conocimos una segunda versión: se trató de Helena Wayne Kyle, la hija de Batman y Catwoman de Tierra 2. A esa misma la pudimos reencontrar en el inicio mismo de The New 52, en las páginas de “Earth 2, huyendo por los pelos del ataque de Steppenwolf a ese mundo y desembarcando en Tierra Prima donde adoptó la identidad de Huntress y se unió a Power Girl —la Supergirl también fugitiva de Earth 2— protagonizando Worlds Finest”.
Tras el inicio de Earth 2: World’s End, ella volvió a Tierra 2 y, ya en Earth 2: Society, la vimos adoptar el manto de Batman —bien entrado el actual Rebirth—.
De vuelta a los ochenta, y tras “Crisis on Infinite Earths”, DC nos brindó una nueva versión. La Huntress cuyo nombre verdadero era Helena Bertinelli. Hija de un mafioso, decide adoptar el manto de la Cazadora para vengar la muerte de su familia a manos de un enemigo llamado Omerta.
Perseguida por el fantasma de una violación infantil, esta Huntress se convirtió en uno de los personajes recurrentes —y favoritos— vinculados a la Bati-Familia.
Justamente es esta Huntress la que asoma su ballesta por las páginas de nuestro Naigüín. Claro está, revisitada durante la serie anterior de nuestro héroe “Grayson”, donde se conservaron diversos aspectos de la Bertinelli original, pero pudorosamente se eliminó lo referido al secuestro y abuso que sufrió de niña.

Mmm... la vieja excusa del masaje.

¡Y listo!
Hecho el repaso de rigor, podemos adentrarnos en las pompas de Naigü… digo, en los vericuetos de este nuevo arco que sucede al de “Blockbuster”.
Titulado “Spyral”, para cualquiera que haya seguido el título “Grayson” el nombre les es más que conocido y su relación con Huntress, más que clara.
Sin embargo, para los lectores más avezados, o que llevan más años por estos lares Batmaníticos, hablar de Spyral es hablar de Morrison y no diré más.
El capítulo abre con un momento triste: el funeral de Giz.
Desatendiendo los consejos de Dick, el Run-Off hurgó más de lo necesario en las armas que The Second Hand está traficando y eso le costó caro.
Grayson se siente culpable y para retratar su tortura interna, nada mejor que ducharse delante de las cámaras para que nuestro laborioso Fernández —¡de vuelta por fin!— pueda dibujarlo en toda su culosidad.

Shawn vuelve a ser Defacer. Y no, Pygeon no está desnuda, es el color que le puso Sotomayor. Damn...

Justo para que Huntress haga aparición y luego de un forcejeo, decidan trabajar juntos para atrapar al asesino, un tal Gianni Dracul, que como todo italiano que se precie, está vinculado a la mafia y se ha ganado el apodo gracias a ciertos gustos transilvánicos que nada aportan a la trama, pero hacen un poquito más interesante al personaje, tanto como para que Nightwing y Huntress se trasladen a Italia en busca de su rastro.
Claro que en Blüd siguen pasando cosas: Shawn es tentada por Pigeon para que vuelva a las andadas y, aunque en un comienzo se niega rotundamente, el capítulo cierra con la malvivida colocándose la máscara de Defacer una vez más, en un par de viñetas que nos hacen agradecer el regreso de Fernández al título: Javier Fernández tiene el don de retratar a nuestros héroes —o villanos— en un lenguaje físico tan coloquial que logra una verosimilitud que sólo es advertida por los trazos de tintas.
No obstante, y como corresponde, la mayor parte de la acción se desarrolla en Palermo con nuestra flamante pareja de Vigilantes buscando al Gianni ese.
Claro que nuestro Dick es astuto —no por nada compartió conocimientos (y cama) con el mesmito Batman, el Mejor Detective del Mundo— y ya sabe que la Cazadora no es precisamente una altruista, sino que algo busca también; a saber, pistas para cumplimentar la venganza por la muerte de sus padres —súuuuper original—… o tal vez buscar al dueño del dedo que… Ups, de veras que en esta continuidad nadie le enseñó a la nena de papá lo larga y dura que es la vida…
Como sea, la investigación los lleva hasta un antro regido por un tal Argento —lo que viene a probar los eternos lazos entre la mafia siciliana y los miembros argentinos de este Blog, empezando por el editor—; lugar donde ambos tiene oportunidad de desentumecer los miembros viéndoselas por una parejita de la WrestleMania, a los que, obvioooo, vencen para, inmediatamente, interrogar al signore Argento; quien, como cualquier argento que se precie de tal, la suelta de inmediato —besos al staff del Blog—.
Cuento corto, llegan al apartamento del asesino a sueldo. Sólo que llegan bastante tarde: encuentran a Gianni ejecutado al más puro estilo mafia, virgen María incluida, lo que demuestra además los lazos entre el Vaticano, la mafia y la Argentina. Seguro que en cualquier momento nos salen con un Papa, che

La parejita de visita en Palermo.

Una revelación post mortem del finado les revela más de lo que hubieran esperado: este Gianni Dracul no era otro que el Agente 19 de Spyral.
2+2=4… y si Gianni trabajaba para The Second Hand, pero era un agente de… entonces… y Tiger que no contestaba las llamadas de Grayson… o sea que…
En una última viñeta de lujo, llega la revelación, la vuelta de tuerca y el cliffhanger correspondiente: The Second Hand es Spyral y el cerebro detrás de sus maquinaciones es nada menos que el mismo Tiger of Kandahar, el ex del Agente 37.
Gran inicio de arco. Seeley sigue luciéndose. Fernández en gloria y majestad. Sólo esperemos tener trabajo aún para seguir reseñando las siguientes partes de este arco —quizá el signore editor decida no hacer nada… ya saben, tengo un pendrive con información… sensible…—.
Como sea, miei fratelli, “Spyral” arrancó. Huntress está tanteando el “terreno” de Naigüín. El Agente 1 reaparece en plan malo. Sólo nos queda releer este magnífico número #26.
Y esperar no despertar con una cabeza de caballo sangrante entre mis sábanas…

Comentarios