To carry a world on the shoulders
Título: “A Lonely Place of Living”, partes 1 a 3
Escritor: James Tynion IV
Lápices: Eddy Barrows [parte 1 y 2]; Álvaro
Martínez [parte 3]
Tintas: Eber Ferreira [parte 1 y 2]; Raúl
Fernández [parte 3]
Colores: Adriano Lucas [parte 1 y 2]; Tomeu Morey
y Jean Francois Beaulieu [parte 3]
Rotulado: Sal Cipriano
Portada: Barrows, Ferreira y Lucas
Portada alternativa: Rafael Albuquerque
Por diversas
circunstancias, hemos estado ausentes un buen tiempo ya de nuestros títulos
preferidos.
Gracias a todos
ustedes por saber esperar.
“Detective Comics” —ustedes ya lo saben— se ha transformado, a
ratos, en el título puntal del Bativerso.
Vez tras vez, Tynion IV ha reinventado a los compañeros del Murciélago, recuperando el legado de éste y, a la vez, haciéndolo
crecer a nuevas alturas.
Estos Caballeros Oscuros —como descubriremos en estos tres números que Drake los llama— o El Equipo —según Batwoman parcamente los nombra— están aquí,
no sólo para acompañar a Batman,
sino para tener la posibilidad de madurar.
Una verdadera
caterva que Tynion ha creado y que,
de modo más que efectivo, le ha servido para consolidar un Bativerso
contundente y, más importante aún, consistente.
Para que no nos
atrasemos más, hemos decidido juntar las primeras tres partes del arco “A Lonely Place of Living”, para luego
abordar su parte final por separado, antes de encarar el arco “Fall of the Batmen” en el #969, donde descubriremos que ese
futuro que tanto teme Batman-Drake ha llegado —les recomendamos,
desde ya, leer lo que se puede considerar el prólogo para el siguiente arco, el “Batwoman” #6—.
Pero aún no
llegamos ahí.
Estamos justo en
el momento en que Drake escapa de
esta cárcel fuera del Tiempo y el Espacio… y hay mucho que comentar al respecto.
Como recordarán,
hacia el final del arco “Rise of the Batmen” —“Detective Comics” #940—,
Red Robin se inmoló para salvar a los gothamitas condenados por los Batmen. Claro, eso en apariencia —y no
por falta de intenciones de Drake—
porque pronto nos enteramos que Red Robin había sido trasladado a otro sitio por el, entonces, enigmático Mr.
Oz —que, como ustedes ya deben saber,
resultó ser Jor-El, el padre del
mismísimo Superman [para más detalles lean “Action Comics” #987, “The Oz Effect”, parte 1]—.
Perdido en ese
limbo, solo le veríamos aparecer en un par de ocasiones donde, fiel a su
carácter, Drake intentaría encontrar,
de modo infructuoso, una salida; mientras, sus compañeros lamentaban su pérdida
sin saber de su verdadero destino.
La más afectada,
por supuesto fue Stephanie Brown, cuya relación con Red Robin comenzaba a profundizarse —y que ya nos remitía a la versión
original de la pareja—.
Recordemos que tras
el ataque del Sindicato de las Víctimas —“Detective Comics” #943 - #947—, ella decidió abandonar definitivamente
al Equipo —merced a las dudas que The First Victim infiltrara en su mente—y
sólo supimos de su deambular en un número suelto entre arcos—“The Wrath of Spoiler”, #957— y en el anterior especial de dos
partes “Utopia”/“Dystopia” —#963 - #964—.
Pero también
resultó afectado Batman, aunque, por
supuesto, a su modo esquivo y oscuro. Como ya lo hemos visto en situaciones
similares, sentía esta pérdida como si fuese totalmente su culpa. En más de una
ocasión lo vimos rozar la verdad sobre el destino de Red Robin —recuerden el conspicuo #950 y su último episodio—, pero no sería hasta la revelación de
Ascalon en la última parte de “Intelligence” —#958 - #962— que se encontraría con la realidad de que Drake seguía con vida, en algún lado,
en algún tiempo…
Un joven
altísimamente dotado que, por sí solo, descubrió la verdad tras Batman y Nightwing, justo cuando el Murciélago
aún no acababa su duelo tras la muerte de Jason Todd. Un verdadero detective que por
sus propios méritos se ganaría portar el uniforme de petirrojo.
Pero Tynion es muy inteligente al momento de
elaborar su regreso y nos brinda toda esta información a través del diálogo que
Drake mantiene con su captor, quien
no sólo repasa los diversos momentos que llevaron a su ascensión como el tercer
Robin, sino que revela la verdadera
alma del personaje: es un gran altruista que siempre querrá llevar sobre sus
hombros el mundo entero.
Interesante aproximación
al joven, porque no es movido por el dolor o la tragedia —como sus dos
predecesores—, o por la rabia y la violencia —como su sucesor—. Tim Drake es impulsado por su compasión, por su humanidad. Él no busca
venganza. Él busca salvar.
En ese sentido, y
partiendo de la premisa de que Drake
es el más fiel reflejo de Batman, el
primero sale ganando a todas luces por tener mejores intenciones que su mentor.
Drake puede ser llamado un joven Batman —y no sin razón—,
pero obviamente es mucho mejor que el Murciélago que le tomó bajo su tutela.
En este punto,
vale ser majadero e insistir en alabar por cómo Tynion ha abordado a cada personaje que se le ha asignado en “Detective Comics”. Con acierto las más
de las veces, el discípulo aventajado —aunque a estas alturas sea injusto
seguir refiriéndonos a él como un alumno— de Snyder ha tomado a personajes dañados o simplemente desaparecidos
tras la aplanadora que significó The New 52
y los ha actualizado, los ha renovado y, al mismo tiempo, los ha traído de vuelta
con todo aquello que nos hizo amarlos.
Una muestra tanto
de lo gran escritor que es, como de la pasión —y conocimiento— que tiene por
estos caracteres.
Y en “A Lonely Place of Living” simplemente
se luce recreando a un Tim Drake prístino, que en iguales partes
nos recuerda sus raíces, las fundaciones del personaje, y nos muestra el
potencial que aún puede explotarse en torno a él.
Usa el recurso de
Mr. Oz de modo magistral, sobre todo
tomando en cuenta que es un personaje
prestado de otra publicación —acto arriesgado, pero que resuelve con gracia y
que nos confirma, una vez más, lo afianzado que está el Universo DC tras “Rebirth”—.
La prisión es la
excusa perfecta para mostrarnos a Red
Robin tal cual es: desprovisto de su
contexto, de su entorno, podemos conocerlo en esencia, saber cuál es esa
motivación primera que hemos mencionado.
En eso, Tynion acierta al brindarnos momentos
claves de los inicios editoriales de Drake,
recuperando aspectos que “Teen Titans” v4 destruyó “gracias” al
deplorable guión de Scott Lobdell —el mismo que actualmente lleva
el título “Red Hood and The Outlaws”
con un poco más de gracia— y que, por supuesto, nosotros agradecemos
—especialmente, los más viejos del fandom,
entre los cuales me incluyo—.
Pero la historia
avanza: tenemos a Drake, hemos
conocido el leif motiv de su actuación… es hora de verlo actuar.
Usando sus
superlativas habilidades, el interrogatorio de Mr. Oz le permite usarlo en su
favor y lograr entrar en el sistema computacional de su cárcel para enviarle un
mensaje de socorro a Batman… y éste le responde… o casi...
Es Batman… y no es Batman.
Tim Drake se encuentra cara a cara
con el Batman del futuro, un Batman que no es Bruce Wayne, sino él
mismo… dentro de diez años. Un futuro oscuro donde Wayne está muerto. Donde la mayoría de los villanos de la
Bati-Galería también han muerto, ejecutados por este Bat-Drake usando como arma el mismo revólver que alguna vez asesinó
a Thomas y Martha Wayne delante de
su pequeño hijo…
Un Batman que
para los más antiguos es un perfecto conocido: Ya tuvimos ocasión de verlo en
acción en el arco “Titans Tomorrow”, dentro de “Teen Titans” v3 —#17 - #19, año 2005—. ¡Qué brillante maneras de unir legado con presente!
Nuevamente las clásicas historias de nuestros héroes resuenan en “Detective Comics” y en todo “Rebirth”.
Tras la sorpresa
inicial, no hay tiempo para mayores explicaciones ya que ambos deberán enfrentar
al Doomsday que Mr. Oz también mantiene recluido en aquel lugar fuera de toda
noción temporal y espacial —“Action Comics” #962—; y que ahora está libre como consecuencia indirecta de la
manipulación del sistema que realizó Red
Robin.
Huelga hablar del
peligro mortal que siempre representa Doomsday
en cada una de sus encarnaciones, pero Bat-Drake
se guarda más de una sorpresa.
Curtido por su
particular y violenta senda en el futuro, ha desarrollado métodos para
enfrentar incluso a una bestia apocalíptica como Doomsday. Ya lo dijimos, Drake
es un reflejo de Batman, sólo que
mejorado. Nuestro héroe siempre tuvo el potencial para llegar a ser tan apto
intelectualmente como el Batman que
todos conocemos; ahora, este Bat-Drake
ha tenido las circunstancias y el tiempo para aguzar aún más esas cualidades
que hacen de Tim no sólo uno de los
mejores detectives del Universo DC,
sino también uno de los más inteligentes que hemos conocido, quizá al mismo
nivel de Wayne y Luthor, los epítomes de la inteligencia
de la llamada ahora Earth-0 —y, con toda seguridad, en todos los
restantes mundos del Multiverso. Claro, habrá que ver qué pasa cuando el intelecto de Ozymandias entre nuevamente en juego, aunque eso por ahora es harina de otro costal.
Por todo ello,
puede contra Doomsday, venciendo al
músculo con la mente.
Esa misma
capacidad intelectual, aparte de su decidida cruzada, le ha permitido hacerse
con tecnología de una Mother Box y usarla para crear portales y escapar
de ese no-lugar y… regresar al hogar de Red
Robin.
Pero no todo será
tan fácil: Bat-Drake lo ha llevado a
casa con una segunda intención en mente: mientras en “Titans Tomorrow”, la razón de este cambio en el futuro se debía a
la separación de los Teen Titans, en la continuidad futura que Tynion nos presenta, hay otro motivo
para que todo se haya ido al carajo. Alguien mató a Batman. Si elimina a ese asesino, podrá cambiar los acontecimientos
que se vienen.
Porque, aunque
este Drake del futuro parezca divergir
tanto del Drake del presente, la
verdad es que ambos comparten más de una similitud y una de ellas es que ninguno
de los dos ha deseado nunca ser Batman
—recordarán lo acontecido durante el evento “Battle for the Cowl” del año 2009—.Y
sólo podrá hacerlo si elimina al causante de ese futuro oscuro del cual proviene:
Batwoman…
Recuerden: “Batwoman” #6 es, a estas alturas, un
imperdible para lo que viene.
Drake, fiel a su impronta, intenta detener a su doppelgänger pero Bat-Drake lo inmoviliza y desaparece
en la noche de Gotham dejando antes un
críptico mensaje para Red Robin: tell Conner you’re sorry.
Nuevamente Tynion
nos está remitiendo al pasado clásico de nuestros héroes. ¡De eso se trata “Rebirth”!
Conner Kent… Quizá desaparecido de la memoria de muchos de
los lectores o ignorado por los más recientes llegados al mundo de los cómics… Conner Kent es un gran personaje que no vemos desde antes de The New 52.
Miembro activo de
los Teen Titans, era el clon de Superman
y Lex Luthor que apareció durante el “Reign of the Supermen”, título que sucedió al histórico “Death of Superman” de 1992.
En “Teen Titans” v4 —hablamos de The New 52— sólo vimos a un Kon-El que era el clon de un futuro
hijo de Superman y que acabó
desvaneciéndose tras el arco de “H'El on Earth” y “Krypton Returns” de 2012.
Por ello,
nuevamente saltamos de alegría ante este guiño que Tynion hace a los lectores históricos de estos títulos —y, sobre
todo, ya que ha indicado en una entrevista que podemos estar ante el avance de
un nuevo regreso de un personaje desaparecido—.
¿Qué más nos
depara “A Lonely Place of Living”?
La verdad es que
ahora todo comienza en “A Lonely Place of Living”.
Viene el
reencuentro con el Equipo, el tiempo
de los abrazos, de los reencuentros, pero también el momento de trazar planes
para detener a Bat-Drake. Nada es
fácil ni regalado en la vida de los superhéroes: no podía ser que sólo Drake volviera al Bellfry y todo acabara ahí, como en una edulcorada película
infantil. Esto es “Detective Comics”.
Esto es acción y emoción. Esto es un maldito cómic… y nos encanta ello.
Los eventos,
pues, se suceden de forma vertiginosa.
Advertida del
peligro que se cierne sobre ella, Batwoman
no puede traicionarse a sí misma y se niega a quedarse escondida mientras sus
compañeros le salvan la vida.
¿Y qué ocurre con
Spoiler?
Ignorando que Drake sigue vivo —al final de “Dystopia”, ella huye antes de que Batman le dé la nueva—, menos se entera
de su regreso y sigue rumiando su dolor y rencor sin advertir que Bat-Drake la observa desde las penumbras.
Apenas un
preámbulo para el primer enfrentamiento en la Wayne Manor contra este Murciélago del Mañana que quedará suspense tras revelarse que si se
encuentra ahí, no es por un simple capricho o un sentimentalismo blandengue,
sino porque bajo la mansión está la Bat-Cave y, en ella, el último proyecto de Batman para cumplir su objetivo: el
sistema Brother Eye que tanto dolor de cabeza le ha causado al Universo DC tantas veces
—y cuya última versión, en la deplorable “Futures End” del 2014, fue aún más deplorable—.
Las fichas están
echadas. Sólo queda la confrontación final.
Tynion, apoyado
magistralmente en el arte por los lápices de Barrows y Martínez, nos ha conducido
por el más intenso de los arcos de “Detective Comics” en lo que va de “Rebirth”.
Mención aparte
merecen las portadas del tándem Barrows,
Ferreira y Lucas, quienes han
emulado no sólo una portada clásica —#965,
según la de “Batman” v1 #441— sino
también viñetas completas donde tienen lugar los acontecimientos que se nos
presentan como recuerdos aquí.
![]() |
Arriba, a la izquierda, las viñetas originales de "Batman" v1 #440; a la derecha, "The New Titans" #60 [1989]; abajo, en el centro, las viñetas de "Detective Comics" #965 |
Un hermoso trabajo de homenaje y de rescate del Legado, ese con mayúsculas de nuestro querido Universo DC y del Bati-Universo en particular.
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