Reseña: "Nightwing" #27 - "Spyral", parte dos

El Agente 1... otro más que le tiene ganas a nuestro Grayson
Class is in session

Título: "Spyral", parte dos
Escritor: Tim Seeley
Artista: Javier Fernández
Colorista: Chris Sotomayor
Rotulado: Carlos M. Mangual
Portada: Fernández y Sotomayor
Portada alternativa: Casey Jones y Hi-Fi

¿Creían que los días de agente secreto habían terminado para nuestro adalid de nalgas turgentes?
¡Nope!
Aquello de "tu pasado te persigue" es como el epitafio que algún día lucirá en el obituario de Ricardo Tapia.
Sobre todo durante esta nueva etapa de Grayson, el muchachote ha visto cómo el pasado vuelve a visitarlo y darle nuevos dolores de cabeza —¡nada de chistes de doble sentido, eh!—.
Y como ya llevaba buen tiempo sin saber de Spyral —la casa que lo acogió cuando se "murió" y se transformó en el Agente 37—, era hora de que la Escuela para Niñitas llamara a clases y de la forma más escolar posible, o sea, muertes, tráfico de armas, etc. Como en cualquier escuelita de barrio de nuestros días.

Los malos al ataque

Recordemos: Huntress, nuestra exquisita morenaza Bertinelli, ha regresado como voyerista, espiando a Grayson mientras toma una merecida ducha desestresante.
Por si lo han olvidado, la curiosidad de Giz lo ha transformado en baja en esta recién insinuada guerra entre The Second Hand y Naigüín.
Pero Huntress no viene sólo a regodearse en las formas definidas y tonificadas del torso desnudo y húmedo de nuestro sexy héroe… Uff, me subió la presión…
La agente tiene información sobre la muerte del amigo de Grayson, pero esto los pone cara a cara con el Agente 1 y Spyral, la verdadera organización tras The Second Hand.
Así nos encuentra este entretenido y liviano "Nightwing" #27.
Vemos escamoteos, barricadas, diálogos punzantes y la eterna tensión sexual entre Grayson y… el Tigre de Kandahar… ¿qué? ¿Nunca se dieron cuenta?
Y, por supuesto, la muerte a punto de solazarse en el cuerpo de Tapia… A menos que…
Pero no sólo peleas callejeras nos trae este capítulo: también hay guarras… y bien guarras.
Está Defacer y Pigeon.

¿No podrían simplemente borra a Shawn/Defacer del cómic como un servicio de utilidad pública?

Tras cortar a nuestro héroe, Shawn corre a refugiarse en los brazos de su mentora… y tiene ganas de volverse mala.
Pero también tiene dudas, que Pigeon le borra a punta de cachetadas.
El que suscribe espera que Naigüín le dé una soberana patada en el culo a la Shawn esa que, de todo lo bueno que ha hecho Seeley en "Rebirth", este personaje es el más cansador y odioso de la parva.
Y está Mouse.
La viuda que, de una viñeta a otra, se transforma de niñita de moños en exuberante mujer —claro, más de alguno de los miembros de este staff seguramente usará eso como argumento: "es que parecía adulta… cualquiera se confunde…". Pero no estamos aquí para hablar de los problemas legales de mis compañeros…—.
Mouse, la guapa, se va al casino que regenta Roland Desmond a.k.a. Blockbuster —supongo que se leyeron el arco anterior… Así me evito tanta explicación, que ya no me pagan por palabras escritas… grrrr…—.
Su objetivo, claro, es tener más antecedentes sobre la defunción de Giz. Lo que, cosas del destino y de los guiones de cómic, la llevara a vérselas con Defacer, su amigui del grupo de apoyo, a.k.a. Run- Offs.

Quién diría que Mouse escondía este secretito...

Pero eso queda sólo insinuado porque rápidamente volvemos a Palermo para ver cómo asesinan a nuestro Naigüín. ¡¡¡NOOO!!!... Y no… Resucitadas de los anales de "Grayson" —el título, el título— vuelven las Skullgirls dispuestas a salvar a Jim y a Juan… digo, a Huntress y Tapia.
Tras huir del Agente 1 y sus secuaces, las muchachitas los llevan a St. Hadrian's School for Girls en Inglaterra —hay que ver cómo viajan estos tipos— para desentrañar el misterio tras la transformación de Spyral.
Pero sólo sorpresas les esperan ahí.
No sólo la aparente traición de la cuarta Skullgirl, si no una revelación rechanfle: Tiger no es Tiger. Alguien está jugando con todos ahí.

Jim y Juan. ¿Recuerdan a ese par?

Y se acaba el cómic.
A que es bastante entretenido.
Por lo menos se deja leer y tiene un par de vueltas de tuercas interesantes.
Seeley, ya nos cansamos de repetirlo, es realmente habilidoso a la hora de escribir sobre Naigüín y su mundo. Lo transformó de Agente 37 a Nightwing con mucho talento. Introdujo personajes nuevos —Raptor, por ejemplo, uno de mis favoritos—. Lo volvió a ligar al mundo pre-"Flashpoint", reinstalándolo en The Blüd. Y ahora está armando una especie de tela de araña, envolviendo todo —personajes nuevos y viejos, períodos anteriores y títulos actuales— para lograr que Naigúín no sólo sea siempre una revista que nos atrae sino que, además, logre volver a posicionar al personaje dentro de los platos fuertes de la casa editorial.
Fernández, como siempre, sigue siendo mi favorito, y sus páginas de multiviñetas, desplegadas en abanico o en aparente caos, no dejan de asombrarnos y brindarnos una cuota de vértigo que calza muy bien con las peripecias acrobáticas de Ricardo Tapia.

Fernández y su arte...

Sí debemos reconocer que su calidad decae en algunas páginas y sus rostros —como en el segmento Defacer-Pigeon— se ven muy inacabados.
Alguna vez, conversando con él, me dijo que el ritmo de publicaciones genera necesariamente estos bajones entre medio de grandes dibujos. Pero se lo perdonamos porque el bendito me contesta cuando le escribo y eso es algo que muy pocos artistas de su categoría hacen con nosotros, los fans.
Y ya con "Nightwing" #28 en estanterías, los dejo y me pongo a reseñar ese número que el editor ya está que echa fuego por los ojos por mis retrasos, pero, bueno… si Miller y Lee nos tienen esperando por años la continuación de "All-Star Batman and Robin"… ¿qué cuesta esperar unos diás más por mi reseña?

Amén.

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