What to do about Kate Kane
Títulos: Knights fall (#974); The Trial of
Batwoman (#975)
Escritor: James Tynion IV
Artista: Philippe Briones (#974); Álvaro Martínez
(#975)
Tintas: Raúl Fernández (#975)
Colores: Allen Passalaqua (#974); Brad Anderson
(#975)
Rotulado: Sal Cipriano
Portadas: Guillem March y Jason Wright (#974);
Martínez, Fernández y Anderson (#975)
Portadas alternas: Rafael Albuquerque
Cita en la reseña: Madame de Sade, Yukio Mishima
“La línea entre el bien y el mal es como la marca
que deja la ola en la arena: un momento está aquí, y al siguiente está más allá”
Y todo nos ha conducido a este punto pivotante
en la historia: la ejecución de Basil Karlo/Clayface
a manos de Batwoman.
Porque, por si no lo han notado antes, estamos ante una gran historia sobre
responsabilidades y decisiones. Una historia
sobre moralidad…
Los hechos se suceden rápido: bajo la mirada desesperada e impotente de Orphan, Clayface se deshace inexorablemente.
Los demás llegan… mudos testigos de la tragedia.
La Dra. October —que intentó sanar la condición de Karlo— sólo
puede preguntarse quién fue capaz de
hacer algo así.
Sobre los tejados, la respuesta. Aún empuñando el arma que disparó la bala
que desintegró las moléculas de Clayface,
Kate Kane/Batwoman recibe a su nada
contento primo, Batman, quien le
arrebata el arma de las manos y la destruye.
Batwoman ha traspasado el código de no matar. Cómo
ha podido, se pregunta el Murciélago
y pronto los demás se le unen para cuestionarla.
Pero Kane sabe por qué lo hizo: Clayface estaba a punto de matar a Cassandra y ella hizo lo que debía
hacer.
Sin embargo, su argumento no se sostiene cuando debe enfrentar la mirada de
la mismísima Orphan. No. Entonces,
algo la golpea internamente. No es el hecho de que Cassandra le arranque el símbolo del murciélago del pecho —que ya
es muy decidor en sí—, sino el quiebre del alma de la muchacha que, como
veremos al inicio del siguiente número, le recuerda su propio quiebre interno
al perder a su madre siendo niña.
Las consecuencias inmediatas no acaban allí: Batwing y Azrael también
se suman al grupo, tomando un inequívoco bando por Batwoman. Un quiebre que es un preludio del quiebre emocional que
acabará por cambiar la historia de “Detective
Comics” y desatar el arco final de Tynion
IV a cargo del título.
Si bien el #974 es un capítulo
rápido que nos muestra lo inmediato tras la muerte de Basil Karlo, es necesario como antesala del capítulo decisivo: el #975, titulado “El Juicio de Batwoman”.
Vemos a la Bati-Familia reunida para resolver qué hacer con Batwoman.
Tynion da a Batman
uno de los mejores diálogos en mucho tiempo entre los títulos del Vigilante:
“Todos ustedes están aquí porque son
mi familia. Confío en todos ustedes… y confío en su juicio. Quiero, y necesito, saber lo que piensan antes de
tomar medidas. Necesitamos decidir qué hacer con Kate Kane.”
Lo que sigue es una muestra de excelencia en cuanto a guión.
Sin ni una gota de acción casi, Tynion
construye el mejor capítulo de Batman
de los últimos tiempos: Batgirl, Nightwing, Red Hood y Red Robin tienen argumentos que compartir (la presencia de Damian es más bien incidental).
Como si estuviéramos en el mismísimo El Banquete de Platón escuchando a los comensales discutir sobre la naturaleza del
amor, los adláteres oficiales de Batman
exponen su punto de vista sobre la decisión de Batwoman.
Una sorprendente manera de acercarnos al tópico más recurrente sobre la
causa de Batman: cómo fijar los límites.
Y aunque los hombres entregan un acertado vistazo a la ejecución, es Barbara Gordon/Batgirl quien da en el
clavo: no están ahí para decidir si Batwoman
debería seguir siendo parte de la familia o no.
En realidad, están ahí para resolver el conflicto moral de Batman mismo.
Pero la intervención de Batgirl
va más allá: revelar la verdadera naturaleza de la reunión es revelar el por
qué tras la creación de este grupo de vigilantes.
Batman se decidió a apoyar el proyecto de Red Robin sólo para controlar a su
prima. Para evitar que ella sucumbiera a su quiebre, a su pérdida y acabase
guiando a la Colony.
De las páginas iniciales de este número repasamos los motivos de Kate Kane para convertirse en una vigilante.
Su motivación es la rabia. Su causa… el quiebre en su alma tras el asesinato de
su madre.
Un preadolescente Bruce Wayne fue testigo de ello y siempre
quiso protegerla de lo que aquello significaba. Sin embargo, a diferencia de
sus adláteres, Batwoman fue y es un
personaje que se para de igual a igual ante su primo. No depende de él, no está
condicionada por él.
Por ello mismo, aunque hemos creído otra cosa al comenzar a leer este
número, es Batwoman misma quien debe
juzgarse. Batman está muy
comprometido en el asunto y, a ratos, ha perdido el foco debido a ello. ¡Qué
manera de recordarnos la humanidad de Batman!
Tantas veces se nos recuerda que una de las principales virtudes de Batman es su carencia de poderes, su
humanidad, pero vez tras vez los hechos en los cómics nos muestran un Batman muy lejano de lo humano. Es, en
la práctica, un metahumano.
Pero cuando Tynion nos lo
muestra así, frágil, necesitado, nos entrega por fin un Batman que es realmente un hombre.
Antes de la resolución final, debemos tener presentes dos hechos que pueden
volverse significativos en medio del drama: Glory Griffin, la primeravíctima de la locura de Clayface,
vuelve a la normalidad gracias a la Dra.
October; mientras Ulysses Armstrong se aleja de lo normal, obsesionado por lo que el programa EYE puede brindarle para llevar a cabo
su propia solución final.
¿Y, visto los hechos, qué decidirá Batwoman?
¿Cuál será su juicio?
Conmovida (y alterada) por el quiebre de Orphan, Kate vuelve a
dónde comenzó todo, ante la tumba de su madre; para renovar su compromiso, para
enfocarse en lo que necesita hacer.
Cuestionada por su padre —que en el número anterior le ha ofrecido hacerse
cargo de la Colony—, Batwoman ya no duda.
Ella tiene su propio camino. Ella no es un clon de su primo. Ella es Kate Kane, capaz de tomar las decisiones duras. Ella es la llamada a
comandar la Colony.
El episodio termina con el Coronel
Kane y su hija avanzando hacia el
futuro, simbolizado por el despliegue aéreo de la Colony.
La suerte está echada. El conflicto es inevitable. Es hora de los Batmen Eternal.
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