Título: “Then I Became Superman”
Guión: Tom King
Dibujos Y Tintas:
Clay Mann & Travis Moore
Colores: Tomeu
Morey & Arif Prianto
Letras: Clayton
Cowles
Arte De Tapa:
Mann & Morey
Empezamos este issue con una de las sesiones del Sanctuary como las que vimos
anteriormente. En este caso es Poison
Ivy, relatando que ella cree que no debería estar ahí porque el lugar es
para héroes y ella no lo es, pero que Harley Quinn como que la logró meter ahí. En
ese momento, Harley se cuela en la sesión a molestarla… en tiempo presente
vemos a Harleen llegar donde Penguin para pedirle ayuda.
La Trinidad está junto al cadáver de Commander Steel. Batman le
practica una autopsia y mientras le
revela a Wonder Woman y Superman que los datos del Sanctuary se borraban tras
la sesión correspondiente. Algo que por supuesto sus colegas no creen sabiendo como es
el Bats que todos queremos, pero éste insiste. Eventualmente descubre en la garganta de
Steel una dentadura falsa que le fue metida a la fuerza obviamente.
Otra entrada de sesiones. Esta vez es Batman, quien se
quiebra tras contar el daño que le ha hecho ver a tantos alumnos suyos morir.
Booster Gold es despertado por Skeets. Sanado de sus heridas
y todo, no sabe cómo proceder ya que el duda de que si fue él mismo o Harley
quien cometió la masacre y no sabe si entregarse o investigar por sus propios
medios (termina eligiendo esto).
La Trinidad encuentra a Harley en un depósito (jugando
cartas con pingüinos y con su traje clásico). Cuando Wonder Woman se acerca a
ella, Harley finge buscar una suerte de consuelo para con un abrazo robarle el
lazo. Así enlaza a Batman del cuello y le hace revelar con su poder que tiene
kryptonita en su cinturón (cosa que había jurado no era así antes) para evitar
que Superman la ataque (y Diana podría no detenerla a tiempo para que ahorque a
Batman) Tras evitar a La Trinidad escapa, no sin antes decir que “Booster lo
hizo”.
Tenemos ahora la sesión de Diana con los robots del
Sanctuary. Cuenta como aprendió a aguantar su temor tras intentar buscar a su
madre tras una pesadilla en la noche de niña, y haber presenciado una dantesca
escena en los aposentos de esta.
Booster Gold va en búsqueda de Flash, porque siendo forense,
naturalmente este podría haber hecho la autopsia a las víctimas. Mientras Barry pelea con una hora de Samuroids, Booster le pregunta pero Skeets le advierte
que no sabe lo que pasó. Al escuchar que Wally fue uno de los tantos fallecidos se va a visitar Sanctuary (supongo) en un abrir y cerrar de ojos y vuelve para
rajársela al Sr. Carter. La recién “boludeada” Trinidad ve a lo lejos una
estela que Supes observa es Flash peleando con Booster (o algo por el estilo).
Al final suceden vemos tres escenarios distintos; Harley
arroja una rosa desde un puente y nos da entender entre todo lo que
dice que ¿Ivy está muerta? (!!!). Aunque de todos modos también lo dice Booster
Gold ante Flash, cuando nombra las víctimas; Lois Lane está redactando un
artículo cuando de repente recibe un paquete y le explican que lo mandó Arsenal, cae tarde por su
distracción; la página fina nos muestra a Clark Kent en su sesión
propia, donde parece enfrentar una crisis (la palabra mágica jeje) de con su
doble identidad y parece que hasta duda de que si puede seguir siendo un héroe
(!!!!).
LO QUE DEJÓ ESTE
NÚMERO
Creo que el shock más grande que deja el número es el hecho
de que, al parecer, Poison Ivy también murió pese a que nunca vimos ni un solo indicio en
el primer número. ¿Será que en realidad Booster y Harley son ambos culpables? Cada
uno con sus propias víctimas a costa.
Harley decidió ir a visitar a Oswald Cobblepot, ¿tendrá
alguna razón específica? Además Quinzel sabía que así la encontraría La Trinidad
y al parecer eso quería (¿pero será esa la única razón?). Además si ella no es
culpable como dice, ¿por qué atacar a “los buenos”? Si recordamos que Commander
Steel tenía una dentadura falsa atascada en su garganta, eso podría apuntar a
Harleen por razones obvias.
Booster decidió investigar por su propia cuenta ya que “es lo que haría Batman”. Aun así,
desconfía de su estado mental (véase “The Gift”) y no está seguro de que podría
ser inocente. Por ello recurre a Flash, pero Flash no sabía lo que pasó. Esto
nos da pie a imaginar que se vendrá un problema entre La Trinidad y el resto de
La Liga y seguro otros héroes. Además retomando el hecho de que podrían ser los
dos sospechosos culpables, Flash fue y ¿vio en algún video de vigilancia o qué
a Booster matando a Wally? ¿Por qué lo atacaría sino? ¿Qué carajo vio Flash?
A tener en cuenta las sesiones de Batman, Wonder Woman y
Superman. Creo personalmente que la de Batman es medio forzada porque, si bien Tom
King está tratando de darnos un Bruce Wayne más sentimental en su run (que además está “roto” y ya saben por qué), no genera empatía este Batman que se quiebra. Lo de Diana
es extraño pero nos cuenta que aprendió a “bancárselas sola” tras encontrar a
su madre aparentemente siendo asistida tras una brutal pelea, viendo como le
removían una flecha en medio de un dolor indescriptible y rodeada de mantos
ensangrentados que se usaron como vendas. Ah, en la habitación parece estar su
enemiga (porque parece peleó con otra dama que parece haber ingresado a su
habitación) abatida y un [ejem] león. Sí, cosas de mujeres…
Me gustó este Superman y su (repito) crisis de identidad. Casi una concepción al mejor estilo Zack Snyder A.W. (“Antes de Whedon”).
¿Es Clark Kent el verdadero ser que se esconde detrás de Superman? Una pregunta
que se hacen siempre los analistas psicológicos de nuestros personajes
favoritos, sobre todo cuando se lo quiere contrastar con Batman (donde siempre
estamos más cómodos con la idea de que Batman es el verdadero ser y la máscara
es Bruce Wayne). King lo llevó un poco más al extremo con una concepción onda Metroman en la película “Megamind”, un Clark que piensa “¿y si largo
todo y me voy al carajo? ¿Con estas dudas no puedo ser un héroe?”.
Lois recibe lo que parecen ser transcripciones de los
testimonios del Sanctuary. Ella no sabe lo que pasó, y el misterio se pone más
grande aun cuando pensamos que el remitente de este envío es “The Puddlers”…
término que refiere a trabajadores del metal que le quitan las impurezas al
mismo (para por ejemplo la forjadura de armas). En el primer número un grafitti
que parece hecho con sangre en The Sanctuary decía que “Los Puddlers estaban
muertos”. Creemos que se trata de los robo-terapeutas. Quien sea, quiere que
Lois Lane sepa que se vendrán revelaciones sobre lo que pasaba en el sitio de
curación. ¿Los robots habrán sido manipulados por quien sea está moviendo las
cuerdas detrás de todo esto?
Hasta acá creo que esto va muy bien. La carnicería en
demasía de todos modos nos lleva a un terreno pedregoso porque en realidad
creo que la idea de imaginar cómo tanto personaje importante va a volver a la vida
nos deja en segundo plano verdaderamente lo más importante… ¡¿QUÉ CARAJO ESTÁ
PASANDO?!
Más allá del temor a un deux ex machina que nos deje con gusto
a poco al final de la historia, creo que King está en su elemento. Me gusta lo que hace con
Booster y con Harley, aunque esa idea de que Harley es tan super genial que
ridiculiza a La Trinidad con poco esfuerzo ya medio que cansa un poco a esta altura (pero bueno, la editorial no quiere dejar de ordeñar al personaje evidentemente).
El apartado gráfico es nuevamente impresionante. Pero sobre
todo, hay tres páginas que son dibujadas por Travis Moore con Arif Prianto, es
decir, las tres de Booster y Flash, que para nada desentonan con lo de Clay Mann
y Tomeu Morey.
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