Guión: Tom King
Dibujos y Tintas:
Yanick Paquette
Colores: Nathan Fairbairn
Letras: Clayton Cowles
Arte De Tapa: Paquette y Fairbairn
Llegamos a la última parada en el viaje
onírico de Batman. El sueño de esta entrega nos lleva a Bruce
pidiéndole a Selina un baile. Están vestidos en
sus ropas nupciales. Luego vemos finalmente a Thomas
Wayne, que al parecer ha estado entrenando con Bane.
Bane quiere seguir peleando pero el Dr. Wayne le
recuerda qué hay negocios que atender, sin embargo el mandamás de Santa Prisca se abalanza sobre él y no le
deja más remedio que seguirle el juego por un rato. Mientras esto suceda vemos a Batman literalmente danzando ente sus recuerdos con Catwoman. Como sucedió otras veces, vamos repasando las distintas épocas de su relación, esta vez con la pareja bailando, mientras Bruce le dice a Selina
que sabe cómo escapar de sus pesadillas pero que para eso necesitaba llegar hasta ella.
Thomas le da una paliza a Bane mas éste se
repone y trata de no sólo vencerlo sino de recordarle que él está por encima de
Batman en esta realidad o en cualquier otra ya que previamente Thomas le dijo que él era
el verdadero Batman. No obstante Thomas se cansa de jugar
y saca una pistola.
Antes de despertar la propia conciencia de Batman (representada por Selina) revela que él no la ama realmente y que su lucha es más grande que
todo para él.
LO QUE DEJÓ ESTE NÚMERO
Batman está a punto de despertar y por fin tenemos alguna que otra conclusión aunque queda el interrogante más grande, y es cómo llega a esto BatThomas.
Bruce revela que se expuso a las diferentes
toxinas de Scarecrow
para estar preparado ante un ataque de este estilo y así pudo luchar contra sus propios sueños intentando ganar el control de los mismos. También cuenta, como sospechamos que cuando estaba logrando el control le aumentaban su dosis. Sin embargo siempre supo que iba a salir una vez que llegue a Selina pues es ella la razón de todo esto.
para estar preparado ante un ataque de este estilo y así pudo luchar contra sus propios sueños intentando ganar el control de los mismos. También cuenta, como sospechamos que cuando estaba logrando el control le aumentaban su dosis. Sin embargo siempre supo que iba a salir una vez que llegue a Selina pues es ella la razón de todo esto.
Pese a la tortura que fue está viviendo nuestro héroe logra recordar lo que pasaba antes de
caer en este estado, incluyendo el elaborado engaño de Bane y el ataque de su padre para atraparlo. Cree que ambos están trabajando juntos para acabarlo, algo que suena ridículo según dice la propia Cat.
De todos modos el punto más sobresaliente
es que Batman se confiesa a sí mismo lo que venimos planteando desde el
compromiso: Bruce tomó el consejo de su padre, “no seas Batman”, y decidió que quería casarse más bien para tener una excusa y así abandonar su cruzada. Por eso su
pedido de casamiento pareció más un imperativo que un pedido, una actitud que Selina aludió en el pasado y vuelve a hacerlo en las primeras páginas de este número.
¿Batman en verdad ama o no ama a Catwoman?
Yo creo que sí pero su lucha está por encima de todo, su batalla contra el
crimen es su vida. Además en el número pasado se planteó el hecho de que
podría sentirse inútil si no es necesitado, es decir, Batman está preparado
para pelear ¿pero está preparado para ganar? Casualmente Scott Snyder está planteando algo muy similar por estos días en su mini-serie “The Batman Who Laughs”, donde el BatJoker le
plantea que solo puede ser feliz en otros mundos.
Creo que en cuanto a Thomas no sólo están
las dudas de porqué sigue vivo sino de porqué está trabajando con Bane y tienen
“planes para Gotham” considerando que no parece actuar bajo la influencia de nada ni nadie. Si bien es evidente que Thomas se alió con el enemigo hay que recordar que su motivación es lograr que Bruce deje de ser Batman ya sea por las buenas o por las malas y éste parece ser el único aspecto de Tierra 0 que le importa, asimismo no descartamos una eventual lucha de poder entre Bane y el Doctor por el control de Gotham, especialmente durante la ausencia de Bruce prevista para el venidero arco "City of Bane". ¿Quién sabe? A lo mejor el padre de Batman simplemente haya aprovechado la oportunidad de colaborar con Bane para "sindicalizar" a todos los villanos locales y luego rompa su alianza para tratar de deshacerse de ellos, garantizando así el bienestar permanente de Ciudad Gótica y dándole otro motivo a su hijo para retirarse. Tratándose de un personaje oriundo de un mundo donde nada es lo que parece, todo puede ser.
Por si a alguien le interesa, la canción que
suena de fondo mientras danzan Bat y Cat es “Some of These Days”, un standard
jazz de 1910 realizado por de Shelton Brooks y popularizado un año después por Sophie Turner.
Sin dudas creo que estamos ante uno de los
mejores issues del run de King. El autor una vez más da en la tecla con su
clásico y probado “romance depresivo” pero también, a mí gusto,
con la actitud badass de Thomas diciéndole a Bane “¡no
quebraste a Batman, quebraste a un huérfano!”, “¡yo
soy el goddamn Batman!”. Una combinación que de buenas a primeras puede parecer extraña pero que genera un interesante contraste y le da otro “sabor” si se quiere a este número respecto a lecturas previas con estructuras similares.
El artista Yanick Paquette y el colorista Nathan Fairbairn hicieron una labor
brillante. A esta altura ya nos acostumbramos al delirante talento de Paquette y la particular forma que tiene de “componer” páginas, muchos de hecho señalan cierta similitud e inspiración en lo que solía hacer J. H. Williams III cuando estaba en el Bativerso, sin embargo esta vez el artista fue un paso más allá para incorporar en el apartado visual el ritmo del baile que realizan nuestros protagonistas. Al crear esta suerte de coreografía, el canadiense permite que los personajes de deslicen con total armonía por las páginas y contribuye no sólo a enriquecer el guión de King sino también a enriquecer la experiencia de los lectores, porque dictaminar un recorrido natural para los ojos del público conforme avanza la lectura es esencial en este medio. En ese sentido también hay que destacar la labor del letrista Clayton Cowles puesto que el posicionamiento de los globos de diálogo (y la letra de la metada canción en este caso) contribuye enormemente en esto. Fairbairn también sube la apuesta e incluso podríamos decir que se anima a hacer un trabajo más experimental en relación a lo hecho en otras historias más bien “tradicionales” (como la entrega más reciente de “Detective Comics”), creando una atmósfera tan onírica como desoladora con una paleta fría que por lo general oscila entre el verde y el azul y que, podría decirse, en cierta forma representa el sentir que queja a Bruce por estos días. Also, puntos extra porque la Selina de Paquette es simple y sencillamente majestuosa.
En breve veremos a Batman y BatThomas
juntos otra vez, aunque ahora en un contexto muy distinto al de su reunión previa. Decir que estamos manija es quedarnos muy, muy cortos.
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