Who by high ordeal, who
by common trial
Título: “Medieval”, parte 3
Escritor: Peter J. Tomasi
Dibujante: Brad Walker
Entintador: Andrew Hennessy
Colorista: Nathan Fairbarn
Rotulista: Rob Leigh
“And who by fire, who
by water
Who in the sunshine,
who in the night time
Who by high ordeal,
who by common trial
Who in your merry
merry month of may
Who by very slow decay
And who shall I say is
calling?”
[“Who by fire”, Leonard
Cohen]
¿Decepción? ¿Demasiadas expectativas?
Tan fácil como apareció el misterio de la identidad bajo el
yelmo del Caballero de Arkham, se
nos fue en una revelación con menos gracia que pensión de jubilado, y nos
encontramos con una “what?” clavado en
nuestro rostro.
Se especuló mucho respecto a quién podía ser este nuevo “villano”
y una serie de nombres fueron lanzados incluso antes que se publicase la
primera parte el arco en cuestión.
¿Y qué pasó? Que el ignoto Caballero Arkhaniano era
un “ella”… y esa ella era una tal Astrid… hija del mismísimo Doctor Arkham, el Jeremiah ése que le
dicen.
Y está bien: Tomasi
no podía hacerse cargo de las disquisiciones ociosas que los fans hacíamos
respecto a la identidad del A.K.
![]() |
No te preocupes, bicho: a nosotros tampoco nos hizo cosquillas la identidad del A.K. |
Pero, a la vez, esperábamos una vuelta de tuerca que nos dejase pasmados y sorprendidos. Que debajo de ese yelmo respirase un personaje conocido, alguien de quién nunca hubiésemos sospechado que… En fin, que ya no fue.
A.K. resultó ser Astrid Arkham, como quien dice la hija esa del vecino… el de los gatos.
En tiempos en que hasta Lobo
tiene hija —que ni molestia se dieron los guionistas en leerse el hilarante “Infanticide” del '92 y saber que el Main Man no admite lastre—, cómo no le iban a endosar una heredera al
famosillo doctor —aunque roguemos para que esta no sea ambidextra como la actual hija de Lobo—.
Sin embargo, como solía decir Julio César pensando en
los guionistas actuales de DC: Allea jacta est.
![]() |
Sip, Lobo no acepta imitaciones o "la alegría de poder deshacerse de los molestos niñatos" |
Y tenemos que contentarnos con lo tenemos y, más que refocilarnos en lo negativo, resaltar lo positivo que, a pesar de todo lo que este extraviado reseñador pretende hacernos creer, existe dentro de las páginas de este “Detective Comics” #1003.
Porque la historia, pese a esta anti-climática revelación,
no desmerece y la oportuna inclusión de Damian
le añade el gustillo ese, el picante
que a veces le hace falta a una receta para mejorarla.
Como recordarán, el Enfant Terrible fue capturado por los
vasallos leales de A.K. y, según
pudimos constatar, llevado a las mazmorras del Arkham Asylum donde se
esperaba fuera seducido para la guerra santa de la Srta. Astrid.
Fue entonces que, esperando atraerlo por medio de la
confianza, el A.K. reveló su rostro
que, al igual que a nosotros, dejó impávido al Semilla de Maldad Wayne.
![]() |
No sólo que Damian pelea bien, es que a la Srta. esta no se le da muy bien mantener la sumisión de su gente... |
Tras dejarlo irse por razones que no me quedan del todo claras pero que evidentemente debía hacerse para darle más sabor al guión, Batman y cachorro preparan el contraataque sólo para encontrarse con los subterráneos del Asilo completamente vacíos y a un Doctor Arkham con el encargo de decir la línea: mi hija Astrid —muy al modo de cuando Cleese contrataba a Chapman para un sketch en el que debía decir una línea única… Digo, si ven The Monty Python Flying Circus, ¿verdad?... Saben que hay vida más allá de los monitos, ¿verdad?... escuchan o leen a Leonard Cohen todos los días igual que yo, ¿verdad...? —.
¿Avanza la historia en este número?
A diferencia del anterior, donde hubo mucho ruido y pocas
nueces, la tercera parte de “Medieval” nos
permite descubrir algunos detalles que, aunque visto antes en otros clanes o
ejércitos malvados del Bativerso,
adelantan lo que será el grand finale: dejando de lado la, hasta el
momento, anodina revelación de la identidad de A.K., el grado de fanatismo que exige y recibe este nuevo villano
puede brindarnos momentos de alegre violencia y, ¿por qué no?, más de alguna
reflexión del mismo Batman sobre lo
que su causa conlleva y provoca en la misma ciudad que juró proteger: Gotham.
![]() |
No mi exacta idea de fin de semana con mi hijo, pero peor es nada... |
Porque si traemos a Tomasi para inaugurar el nuevo milenio de “Detective Comics”, esperamos que tenga algo de profundidad más allá de la eterna e incumplida promesa de que esta vez todo cambiará para Batman y su universo, que esa cantinela la han recitado todos los guionistas que quieren dejar su “huella” en la historia de nuestro Murciélago favorito.
“Detective Comics”
#1003 nos frustra un poco por la identidad de A.K., aunque la responsabilidad sea principalmente nuestra —¡maldito
Chris Carter y sus “X-Files” que
nos dejaron viendo conspiraciones por todos lados… hasta en las oficinas de
nuestro Blog (pero eso se los
cuento por inbox…)—, mas no podemos negar que ver a papá e hijo nos hace muchas
ilusiones y, aunque despotriquemos contra la Bolita de Odio de tanto en tanto, la presencia de Damian ha llegado a ser más importante de lo que creíamos —no por nada es Tomasi
uno de los que mejores lo ha escrito—.
(Si quieren teorizar
junto a nosotros qué importancia tiene realmente y qué le depara el futuro
editorial a Damian Wayne, ¡dénse una vuelta por el interesante y completo ensayo que nuestro colega Jorge subió hace unos días al Blog)
Como se avizora, hemos alcanzado un punto intermedio en el
arco y ya empezamos a acercarnos al final.
¿Podremos tener una sorpresa real en lo que queda de “Medieval”?
Todo está en suspenso.
La Cruzada del Caballero
de Arkham ya está a las puertas de la Santa Ciudad de Gotham y el enfrentamiento definitivo contra el Demonio con alas de
Murciélago será todo lo decidor que Tomasi se arriesgue a ser —y que Didio le permita—.
Será el Juicio Divino o el juicio de los hombres, como
citamos a Cohen en el título de la
reseña, esta Guerra Santa.
Comentarios
El número se me hizo un poco extraño. Casi que tiraron las revelaciones de golpe, como de manera despreocupada. Y luego está la reacción de Robin, y esa portada "dramática", que muestra algo que al final no sucede (aunque esto es normal en DC). Es casi como un chiste, una "joda". Al menos esa es la sensación que me dejó.
Gracias por la reseña!.