The Host
Título: “Detective Comics” #1006 (“There wil be blood”) y #1007 (“Let it bleed”)
Historia: Peter J. Tomasi
Artista: Kyle Hotz
Colorista: David Baron
Rotulista: Rob Leigh
Portada: Kyle Hotz
Portada variante: Dan Quintana
“El vengador de la
sangre es el que dará muerte al asesino. Cuando lo encuentre, él mismo le dará
muerte”.
[Números 35:19]
Desde sus inicios allá por los '40, de la mano del papá de Superman, cada vez que The Spectre aparece en escena es porque algo ominoso y divino se
acerca, algo en la forma de justicia celestial… Bueno, la mayoría de las veces,
porque no es sólo que The Spectre haya sufrido varias
alteraciones en cuanto a sus orígenes o naturaleza sino que sus últimas
apariciones han sido poco más
que curiosas, por decirlo de modo gentil: un par de episodios del olvidable "Batman Eternal" y como protagonista en la infumable serie "Gotham by Midnight" que así como
apareció, se desvaneció (aunque le duela a cierto integrante de nuestro Blog…).
Y razones sobran:
Acostumbrado a ser prácticamente un secundario en estas
últimas décadas —salvo un par de títulos en solitario con diverso éxito—, en
este mini-arco que podríamos titular “Blood” —“There will be blood” se titula la
primera parte y “Let it bleed” la
segunda— es The Spectre quien se luce y nuestro Murciélago cede su titularidad para desarrollar una verdadera
historia de terror con sangre y gore en abundancia, ritos oscuros y sociedades
secretas. ¡Qué más se puede pedir!
La historia es sencilla y directa: Jim Corrigan —el humano
en el que aloja la entidad vengadora The
Spectre— acude junto a su compañero
a investigar un tiroteo y se ven envueltos en el ataque de un grupo de tipos
vestidos como el Vengador de la Sangre.
El compañero de Corrigan
es asesinado y, al manifestarse The Spectre, los miembros de este culto
—del que pronto sabremos que se autodenominan The Cult of the Divine Hand— logran secuestrar a su huésped.
The Spectre recurre entonces al Mejor Detective del Mundo, nuestro
querido Batman, presentándose de la
manera más aparatosa y sobrenatural que uno pudiera imaginarse.
Tras el desencuentro de rigor, concurren a la escena del
crimen —donde la furia de The Spectre ha dejado todo salpicado con
picadillo de malhechor— y Batman
recoge lo que puede, apenas unos jirones ensangrentados que, ya en la segunda
parte del arco, resultarán cruciales para llegar hasta el siniestro templo
abandonado donde el Culto pretende
sacrificar al desesperado Corrigan.
Lo primero que llama la atención al comenzar a leer estos
dos números es su espectacular dibujo —a cargo de Kyle Hotz—, una dichosa
mezcla de Neal Adams y Kelley Jones y con cierto dejo a Todd Mcfarlane en el diseño de personajes—que le imprimen a las viñetas
un aire clásico que parecía perdido desde los tiempos superlativos de los
noventa donde el estilo hipermusculoso
y el abuso de photoshop cambiaron el
modo de dibujar cómics al que estábamos acostumbrados, tanto para bien como
para mal.
Los colores ocres, de textura terrosa, son otro acierto. De la
mano de David Baron, logra que el arte conjugue perfectamente con el por fin inspiradísimo Tomasi.
Estamos hablando de la Mano
vengadora de Dios, más conocido como The
Presence en el mundo de DC. Sus historias deberían siempre
cumplir una mínima exigencia de guión y de arte. Y “Detective Comics” #1006 y #1007
cumplen a cabalidad con esta premisa.
No sólo logra Tomasi
y equipo una gran historia de Batman
como detective sino que ensalza y vuelve a posicionar la figura tan manoseada
de The Spectre en el sitial que se merece —¡estamos hablando de un
personaje fundacional del Universo DC!—.
Tras las desilusiones de sus primeros arcos, creo que por fin podemos decir ¡bienvenido, Tomasi!
Tras las desilusiones de sus primeros arcos, creo que por fin podemos decir ¡bienvenido, Tomasi!
Comentarios
¿Qué es eso?😋😋😋