Shut the hell up!
Título: “The Rising Sun”
Escritor: Peter J. Tomasi
Artista: Christian Duce
Colorista: Luis Guerrero
Rotulado: Rob Leigh
Portada: Guillem March y Arif Prianto
Portada variente: Bryan Hitch y Alex Sinclair
Sí, es verdad,
esta historia de dos partes tiene poco y nada de Detective, pero sí mucho de Comics.
Tomasi, pese a los ripios que ha tenido desde que asumió la escritura de la serie, de vez en cuando nos está dando
pequeñas sorpresitas que nos hacen volver a tener el gusto de leer un título
encabezado por Batman.
Lo malo es que
sea de vez en cuando y que la mayor
parte del tiempo sus guiones estén resultando un mero meh…
Lo que es aun más
terrible considerando que Batman es
la punta de lanza de DC y que la
mayoría de las historias que protagoniza hoy en día se merecen poco más que un meh… —sí, King, estoy mirando hacia tu escritorio en Langley—.
Pero
concentrémonos en este número, la conclusión de esta pequeña historia.
Para quienes ya
hayan olvidado de qué iba —y de la reseña que hice hace una eternidad atrás,
que vengo a ser como el Geoff Johns del Blog por mis atrasos—, tras un ataque de Deathshot al jet privado en que Bruce Wayne, Lucius Fox y una sarta de millonarios empresarios viajaban rumbo a Singapur, todos acaban en una de esas
innumerables islas perdidas que pueblan los océanos de los cómics.
Tras separarse
del grupo, Wayne se encuentra con
dos veteranos de la Segunda Guerra
Mundial, Clarence y Hiroshi, quienes se encuentran ahí
desde los ’40, ignorando de qué va el mundo hoy en día.
Ellos le ayudarán
a liberar a los demás sobrevivientes del jet que se encuentran prisioneros por Deathshot.
Aunque en el
crossover “The Price”, The Flash ya dejó más que claro que el
título de Batman como el Detective más Grande del Mundo es
apenas una mala broma; parece que Tomasi
también quiere que olvidemos que nuestro Murciélago
encuentra su mejor definición en las investigaciones criminales: en esta
historia sólo hay acción y un poco más —sí, sí, la palabra relleno resuena a
través de las páginas—. De hecho, este número es apenas un par de cosas
sucediendo y, sin embargo, funciona.
Entretiene y nos
permite ver al mismísimo Batman
sonriendo abiertamente en las páginas finales haciéndolas de Santa Claus.
![]() |
Sip, Batman sonriendo. |
Por ello decimos
que “Detective Comics” #1011 es más Comics que Detective; pero supongo que en estos tiempos, el ya encontrar una
historia que se lee con facilidad, que esquiva las tramas tortuosas o
decididamente tramposas —King… Langley…—, es una suerte de pequeña
sorpresa.
Justo cuando uno
no espera nada, Tomasi es capaz de
extraer un guión bien construido —a pesar de sus clichés— y divertirnos.
A veces, en
realidad, hace falta un poco de aventura por la simple emoción de la aventura.
Y esta historia
lo tiene con creces.
¡Bien, Tomasi! Pasaste, aunque raspando.
Poco más que
decir: el arte de Duce cumple. Nada extraordinario,
pero acompaña al texto y eso, en un cómic, es un logro tremendo. La mayoría de
las veces, o el guión se come al arte, o el arte al guión.
Un cómic, por
definición, es un texto escrito en imágenes. Y esta dupla cumplió bien.
Como se anunciaba
en las páginas finales del número pasado —y también en este—, para el siguiente
arco nos meteremos en el dichoso evento/no-evento, crossover/no-crossover “Year of the Villian”, donde veremos a Mr. Freeze en plan Arnold Schwarznegger de “Batman and Robin”… Uff… ya me
dio urticaria.
¡Hasta la
siguiente reseña!
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